Después de semanas de hablar de la formación de un «gobierno integrador», los talibanes presentaron un gobierno interino sin concesiones de ningún tipo.
El núcleo duro del movimiento integrista ocupa los puestos clave de esta nueva administración que estará encabezada por el mulá Hasan Akhund, histórico del grupo, muy cercano al mulá Omar y ex viceministro de Exteriores durante el primer emirato. Nombres que durante dos décadas han estado en la clandestinidad, bajo la amenaza constante de los drones estadounidenses y en las listas de terroristas más buscados, salen a la luz para dirigir el Emirato Islámico de Afganistán, la nueva denominación para el país adoptada por los talibanes. El gobierno tiene que ponerse a trabajar sin perder un minuto porque hay un importante descontento en la sociedad y las protestas antitalibanes se extendieron a varias ciudades del país con las mujeres en primera línea.
El mulá Akhund figura en la lista negra de Naciones Unidas y con su designación se recurre a una persona de consenso en el movimiento y que en los últimos años ha jugado un papel clave en la shura de Quetta, consejo situado en Pakistán en el que los islamistas tomaban sus decisiones importantes. Su número dos será el mulá Abdul Ghani Baradar, jefe negociador en Doha y uno de los rostros más populares desde sus encuentros con el ex secretario de Estado, Mike Pompeo. Baradar será el verdadero responsable político a la sombra del mulá Akhund. El ministerio de Defensa es para el mulá Yaqub, hijo del mulá Omar, y tendrá como número dos al mulá Mohammad Fazil Mazloom, que pasa de la celda de Guantánamo a tener un despacho en Kabul.
El ministerio de interior es para una de las figuras más respetadas y temidas del grupo, Sirajuddin Haqqani, por quien Estados Unidos ofrece una recompensa por su labor al frente de la Red Haqqani. Mientras que los talibanes no están en la lista de grupos terroristas, esta red, anterior a la creación de los propios talibanes y con enorme peso en el movimiento, lo está y se le acusa de algunos de los atentados más brutales de las últimas décadas.
Mensaje del Líder Supremo
El anuncio del gobierno lo realizó el portavoz Zabiullah Muyahid y al poco de hacerse públicos los nombres se difundió un comunicado del mulá Ajunzadá, líder de los talibanes y ahora también Líder Supremo del Emirato. Por primera vez desde la victoria militar, Ajunzadá se dirigó a la nación y garantizó que «todos estos hombres trabajarán para imponer la sharia en el país». El Líder Supremo, figura parecida a la que tiene Irán con Alí Jamenei, aseguró que «el Emirato no tiene problemas con ningún país» y pidió a los afganos que quieren irse al extranjero que se queden porque «todos somos necesarios en la reconstrucción de un país que sale de la guerra».
«Todos somos necesarios en la reconstrucción de un país que sale de la guerra»
Ante el carácter profundamente sectario del gobierno, Muyahid recordó que es «interino» y aseguró que en el futuro el movimiento «tratará de coger gente de todas las partes del país». Los pastunes formas la etnia mayoritaria, pero Afganistán es un crisol de etnias y tayikos, uzbecos, hazaras o baluchis también tienen un peso clave en la sociedad que no está representado en este gobierno de la línea dura talibán. «Esperamos que todos los países del mundo reconozcan la legitimidad de nuestro gobierno y de nuestro régimen islámico», reclamó el portavoz en un mensaje a la comunidad internacional, que ya puede juzgar a los talibanes por sus hechos y no por sus palabras tras desvelarse el perfil del gobierno.
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