El cartel de «se busca», el más impactante de la DEA [agencia antidrogas de Estados Unidos] en los últimos tiempos, se ha dibujado poco a poco durante 20 años de investigaciones.
En él se pone precio a la cabeza de Nicolás Maduro, 15 millones de dólares por la información que conduzca a su detención acusado de «convertir a Venezuela en un narcoestado que auspicia el terrorismo, uniéndose a las FARC [antigua guerrilla colombiana] para exportar toneladas de cocaína a EEUU».
Narcoterrorismo, corrupción y lavado de dinero en los que el «presidente pueblo» habría participado junto a 13 jerarcas del chavismo, también acusados por el Departamento de Justicia de EEUU. Todos ellos formarían parte, según los mismos cargos criminales del cártel de los Soles, un grupo mafioso conformado por generales revolucionarios que se dedican al tráfico de drogas y que habría extendido sus redes en el interior del gobierno revolucionario. Incluso Naciones Unidas, en un informe de febrero, confirmó su existencia.
Por el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, EEUU ofrece $10 millones de dólares.
Además de Maduro y Cabello, Estados Unidos también presentó cargos contra otros funcionarios de la dictadura: Maikel Moreno, Vladimir Padrino López, Tarek El Aissami.
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