Los jueces de la Corte Penal Internacional dieron luz verde el miércoles a una investigación completa de los crímenes de lesa humanidad durante la llamada «guerra contra las drogas» de Filipinas.
El tribunal con sede en La Haya aprobó la investigación a pesar de que Manila abandonó el tribunal en 2019 luego de una investigación preliminar sobre la represión del presidente Rodrigo Duterte.
La exfiscal jefe de la CPI, Fatou Bensouda, había pedido a los jueces en junio que autorizaran la investigación en toda regla sobre las acusaciones de que la policía mató ilegalmente a decenas de miles de civiles.
Los jueces «encontraron que hay una base razonable para proceder con una investigación, señalando el elemento específico del crimen de lesa humanidad de asesinato», dijo el tribunal en un comunicado.
El tribunal dijo que parecía que «la campaña de la llamada ‘guerra contra las drogas’ no puede verse como una operación legítima de aplicación de la ley, y que los asesinatos no son legítimos ni meros excesos en una operación que de otro modo sería legítima».
«El material disponible indica, al nivel requerido, que un ataque generalizado y sistemático contra la población civil se llevó a cabo en cumplimiento o en apoyo de una política de estado», agregó.
La sonda cubrirá el período de 2011 a 2019.
Firebrand Duterte atrajo la censura internacional cuando sacó a Filipinas de la corte después de que lanzó su investigación preliminar sobre su represión de drogas.
Pero los jueces dijeron que a pesar de que Filipinas se había retirado como Estado parte de la corte, los presuntos crímenes ocurrieron mientras Manila todavía era una firma del Estatuto de Roma de la corte, por lo que aún podía investigarlos.
«El tribunal conserva la jurisdicción con respecto a los presuntos crímenes que ocurrieron en el territorio de Filipinas mientras era un estado parte», dijeron los jueces.
Creada en 2002, la CPI es un llamado tribunal de última instancia y solo participa en la investigación de los peores crímenes del mundo si sus estados miembros no pueden o no quieren hacerlo.
La represión es la iniciativa política característica de Duterte y la defiende ferozmente, especialmente de críticos como los líderes e instituciones occidentales que, según él, no se preocupan por su país.
AFP
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