Organizado por el Centro de Estudios sobre Seguridad Hemisférica, Terrorismo y Criminalidad Financiera (CESH) de la Universidad de Buenos Aires junto con la Fundación de Investigaciones en Inteligencia Financiera (FININT) y con el auspicio de Infobae, este miércoles continuará el ciclo de conferencias denominado “Las Políticas de Combate de la Financiación del Terrorismo en el Cono Sur”.
Por Fabio Ferrer | Infobae
La charla de hoy estará a cargo de George Chaya, asesor experto en seguridad nacional, contraterrorismo y Oriente Medio. Además es docente de la Fundación FININT en la Universidad de Buenos Aires, docente de posgrado en la Fundación NPS Global de y Profesor de posgrado en la Maestría de Derecho y RR.II. en la Universidad Nihon Gakko de Paraguay; y escribe para Infobae América y para la Revista DEF. La jornada
En diálogo con Infobae, Chaya comentó algunos aspectos relevantes sobre la conferencia que dictará este miércoles titulada “Hezbollah e Irán. Pasado y presente de una amenaza para la región”.
– ¿Hezbollah es una amenaza concreta para Latinoamérica?
– La agenda de la seguridad para el continente Latinoamericano es compleja por la diversidad y las características de sus integrantes regionales, ya sea por sus aspectos geopolíticos, económicos o sociales como por su extensión continental. En ese aspecto temas como el terrorismo, las redes del narcotráfico, y el tráfico de armas claramente deberían ser tópicos insoslayables en esa agenda puesto que colocan a los Estados en riesgos que comprometen la paz, la estabilidad y la vida misma de sus sociedades. En esa línea de análisis es desaconsejable no evaluar el peligro potencial de la organización política-terrorista libanesa Hezbollah como una amenaza concreta y real. Tanto la presencia como el accionar sus redes criminales esta debidamente demostrada no solo en el análisis de la inteligencia, sino en investigaciones y probanzas judiciales obrantes en diferentes países de América Latina. Los ataques terroristas ejecutados en Buenos Aires sobre objetivos de la comunidad judía argentina en los años 90; el derribo del vuelo 911 de la aerolínea comercial Alas Chiricanas en Panamá sólo un día después de la voladura de mutual israelita local, la detención de Mohammad Ghaleb Hamdar en 2014 cuando planeaba ejecutar un ataque con explosivos en Lima, Perú y su reconocimiento de pertenencia a la organización como quedó demostrada ante la justicia peruana. Los organismos de seguridad e inteligencia de países como Paraguay, Colombia, Brasil y más recientemente México disponen de amplia información sobre redes, operativos militares y financieros de Hezbollah que operan desde finales de la década de los años ‘80 en la región. No cabe duda que la huella de Hezbollah en la región está bien marcada y debería ser motivo de atención especial por parte de las agencias y las fuerzas federales de cada país en Latinoamérica.
– ¿Qué magnitud tienen sus actividades en la región?
– La magnitud y peligrosidad de las implicancias que representa para la región la existencia de elementos activos de la organización surge no sólo de sus células durmientes, también de sus redes involucradas en distintos ilícitos que van desde el lavado de activos provenientes del tráfico de cocaína a gran escala hacia Europa y de marihuana a nivel regional; pero también del contrabando de cigarrillos, del fraude con tarjetas de crédito, el robo de automóviles y su posterior comercialización y de sus nexos con otros grupos criminales en zona de la Triple Frontera (TF) Paraguay, Brasil y Argentina. El desmantelamiento de lo que se conoció como el Clan Barakat con la detención de su líder Ahmad Barakat y varios de sus integrantes, incluidos sus primos, puso a la luz negocios ilícitos millonarios en esa zona y evidenció la impunidad con la conducían sus actividades criminales recaudando cientos de millones de dólares al año, especialmente con el lavado de dinero, que posteriormente era remitido para financiar a la organización en Beirut a través de una aceitada modalidad y estructura utilizando bancos alemanes y chipriotas. También en los tiempos de la pandemia originada por el Covid-19 ha regresado una práctica antigua conocida como Hawala, que es una forma de transferir y enviar dinero a través de la “confianza en el portador del mismo”, ese individuo cobra una pequeña comisión y generalmente no conoce a los remitentes de las remesas, por lo que ante la eventualidad de ser detenido no es de mucho valor para continuar el hilo investigativo. La modalidad no era ilícita dentro de las comunidades musulmanas de ultramar, pero Hezbollah ha sabido capitalizar los beneficios de su utilización. Hoy, en Ciudad del Este, Pedro Juan Caballero y Asunción de Paraguay hay unos 200 locutorios o falsas casas de cambio que operan esa modalidad y se sospecha que son el vehículo para una cifra anual cercana a los 300 millones de dólares estadounidenses que son girados sólo en esa operatoria, la cual es poco significativa si se considera que de la región salen cifras cercanas a los 600 millones de dólares al año, cuyo destino es ampliar la arcas de Hezbollah en materia de auto-financiación a las cifras que la organización recibe desde Teherán, la que ciertamente ha bajado en virtud de los problemas que originan las sanciones económicas impuestas a Irán, quien es el principal factor de financiamiento de la organización chiíta libanesa.
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