Tras las presiones del presidente de EEUU Joe Biden, el Partido Republicano ofreció un aumento hasta diciembre del límite de endeudamiento de Estados Unidos, según un comunicado enviado este miércoles, lo que evitaría un peligroso incumplimiento del pago de la deuda de la mayor economía del mundo.
El líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell, propuso la aprobación de una extensión de emergencia del techo de la deuda lo antes posible para despejar el problema hasta diciembre, dando tiempo al gobierno demócrata para preparar una solución a más largo plazo.
La oferta podría dar una salida a un enfrentamiento de meses entre los demócratas del presidente Joe Biden y los republicanos de McConnell, que se esperaba que bloquearan el miércoles un tercer intento de los demócratas del Senado para aumentar el techo de la deuda de 28,4 billones de dólares.
“Para proteger al pueblo estadounidense de una crisis creada por los demócratas en el corto plazo, también permitiremos a los demócratas utilizar los procedimientos normales para aprobar una extensión de emergencia del límite de la deuda en una cantidad fija de dólares para cubrir los niveles de gasto actuales hasta diciembre”, indicó McConnell en un comunicado divulgado este miércoles.
En medio de las tensas negociaciones Biden confirmó que achicará su plan de gasto social. Este no será de 3,5 billones de dólares como lo había propuesto el jefe de Estado, sino que el nuevo monto rondaría los 2 billones de dólares, aunque los sectores progresistas piden que la reducción sea menor.
El mandatario no puede ceder ninguno de los 50 votos en el Senado para aprobar el proyecto. “Quiero asegurarme de que tenemos un paquete con el que todo el mundo pueda estar de acuerdo”, dijo Biden a reporteros. “No va a ser de 3,5 billones. Va a ser menos”. Y agregó: “Lo lograremos”.
En el Capitolio había fuertes indicios de que los demócratas se estaban uniendo en torno a la propuesta de Biden de sacar adelante un plan en el rango de los 2 billones, una cifra que parecía potencialmente aceptable para los senadores Joe Manchin y Kyrsten Sinema, los únicos dos que han expresado su reparo al elevado gasto público. Con todos los republicanos en contra, Biden no puede perder el respaldo de ningún senador de su partido.
Al mismo tiempo, se formaron nuevas líneas de batalla mientras los demócratas deciden cuáles de los muchos programas quieren ampliar —salud, educación, atención infantil, cambio climático— seguirán en la propuesta final, se reducirán o quedarán fuera.
Los demócratas controlan ambas cámaras del Congreso, pero apenas. Necesitan 10 votos republicanos para superar un obstruccionismo en el Senado, y la oposición ha dejado claro que no los ayudará a aumentar el límite de la deuda.
La pelea tiene lugar en medio de las negociaciones sobre dos proyectos de ley de gastos por billones de dólares que conforman la piedra angular del gobierno de Biden.
Los republicanos argumentan que no aumentarán el tope de la deuda para pagar esas facturas, pero el límite debería aumentarse de todos modos para pagar los gastos aprobados tanto por la pasada administración republicana como por la actual demócrata.
Los republicanos quieren que los demócratas aprueben un aumento con sus propios votos, utilizando el llamado proceso de “reconciliación” en el Congreso, pero eso podría llevar semanas y los líderes demócratas continúan insistiendo en que los republicanos deben sumarse para evitar un default.
Ante esta negativa, el presidente ha criticado el martes a la formación conservadora de “negarse a hacer su trabajo” y de “amenazar” la voluntad del Gobierno de “salvar la economía de un evento catastrófico”.
Respecto al entendimiento por parte de ambos partidos, Biden ha recordado que “aumentar el límite de la deuda solía ser un compromiso bipartidista”, por lo que ha apelado a ese espíritu para que los republicanos aprueben una medida que va destinada a solventar “las imprudentes políticas de impuestos y gastos de la anterior administración (del expresidente Donald) Trump”.
”Los republicanos en el Congreso aumentaron la deuda tres veces cuando Donald Trump era presidente y cada vez con el apoyo demócrata. Ahora no la aumentarán a pesar de que son responsables de más de ocho billones de dólares –cerca de 6,9 billones de euros– en facturas incurridas en cuatro años bajo la administración”, ha afirmado.
Estados Unidos nunca ha incumplido los pagos de su deuda, y eso es una columna vertebral del sistema económico mundial. El consenso entre los analistas es que la falta de pago sería una herida autoinfligida que socavaría la recuperación de la economía de la pandemia de covid-19, y quizás haría un daño permanente a la posición internacional de Estados Unidos.
(Con información de Reuters y AFP)
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