El anuncio presidencial del inicio de las clases presenciales en las escuelas del país, programado ahora para el 25 de octubre, abre nuevamente la incertidumbre sobre las condiciones generales de la infraestructura del sistema educativo del país y las medidas en medio de la pandemia del covid19, para recibir nuevamente a niños, jóvenes y adolescentes en los salones de clases, especialmente en las comunidades indígenas del estado Amazonas.
A través de un monitoreo realizado en las escuelas de algunas comunidades del estado Amazonas, el equipo de Kapé Kapé pudo calibrar l
Un informe del supervisor del circuito # 31, señala que la Unidad Educativa “Lino de Clemente” y el Centro de Educación Inicial “Catalina Caribán”, ambas de la comunidad Platanillal, la Escuela Básica “San Juan de Dios”, comunidad San Pablito, Escuela Básica “Piedra del Cacique” comunidad Serranía Jerusalén y Escuela Básica “Rufino Blanco Fombona” comunidad Montaña de Tigre, del eje carretero sur, no se encuentran en condiciones para el inicio de clases presenciales.
Refiere el citado informe que estos centros educativos presentan fallas como baños dañados, cerraduras inservibles, falta de agua y limpieza de áreas verdes.
Sobre las medidas anticovid, Kapé Kapé conoció que los profesores y maestros de la Unidad Educativa Lino de Clemente y el CEI Catalina Caribán, de la comunidad Platanillal, ya recibieron la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Desde la comunidad Rueda, asentada también en la parroquia Platanillal del municipio Atures, el profesor Wilmer Rodríguez, expuso a Kapé Kapé que la planta física de la Unidad Educativa Ezequiel Zamora, tampoco está en condiciones para que los niños puedan recibir clases presenciales.
Detalló que a la institución le falta pintura, sistema eléctrico, tiene el techo en mal estado y le falta dotación de pupitres o mesas sillas.
Uno de los problemas que presenta la comunidad de Rueda es la migración de algunos de sus habitantes, entre estos profesionales de la docencia. Rodríguez indicó que el personal de la unidad educativa Ezequiel Zamora se ha reducido a 9 profesores (2 directivos y 7 de aula), quienes tienen que atender a una matrícula aproximada de 300 estudiantes. La mayoría de los docentes de esa institución se han ido de su comunidad hacia las minas o a Colombia, siempre buscando mejorar sus condiciones socioeconómicas.
Rodríguez dijo que los docentes y habitantes de la comunidad de Rueda ya recibieron sus dosis de la vacuna contra el covid19.
A principios de año 2021 se denunció el desvalijamiento por actos vandálicos del liceo “San José de Mirabal”, ubicado en la comunidad Mirabal I, del municipio Atures del estado Amazonas. Los estudiantes que eran atendidos en esta institución han tenido que migrar hacia la escuela Madre Maniglia de la comunidad Sabaneta de Guayabal.
En el eje carretero norte está Betania de Topocho, parroquia Parhueña, municipio Atures, ubicada a aproximadamente 50 kilómetros de Puerto Ayacucho, es una comunidad del pueblo uwottüja. Un representante que nos pidió resguardar su nombre, explicó a Kapé Kapé que recientemente conversó con el profesor Gerónimo Pérez, director de la Unidad Educativa “Limecha Jesús Caballero”, quien le refirió que pocos estudiantes se han inscrito, aproximadamente 100, todos de la misma comunidad, antes la institución recibía alumnos de otras comunidades, pero estos han dejado de inscribirse por los problemas de transporte para trasladarse.
Agregó que, a pesar de contar con código nacional, no tiene sede propia. Una quema de sabana arrasó con los improvisados salones de techos de palma y columnas de madera.
En Betania de Topocho hay un simoncito y una escuela básica, pero lo más preocupante es el liceo. El profesor Pérez dijo que pocos de sus colegas quieren atender a los estudiantes por las necesidades que tienen, están más preocupados por lo que van a comer, que en atender a los estudiantes.
Socorro de Galipero también es una comunidad uwottüja ubicada en el eje carretero norte, para salir de su comunidad los indígenas tienen que hacer un trayecto a pie de una hora y media por una carretera de granzón, hasta llegar a la carretera nacional y esperar tener la suerte de encontrar algún transporte que los traslade a Puerto Ayacucho.
Ahí vive y es profesor de la Unidad Educativa Miguel Otero Silva, Gerónimo Fernández. Contó a nuestro equipo que la escuela de su comunidad solamente tiene 4 salones, en los cuales tienen que dar clases desde preescolar hasta sexto grado. Fernández expresó que los salones no están en condiciones por el tiempo que han estado abandonados y que entre las necesidades está la dotación de pupitres.
Los jóvenes y adolescentes de la comunidad Socorro de Galipero que quieran seguir sus estudios de media general, tienen que hacer el trayecto a pie desde su comunidad hasta la U.E. Madre Laura, ubicada en la comunidad Puente Parhueña.
Al final de la carretera de Alto Carinagüa, los habitantes del sector indígena uwottuja siguen esperando que las autoridades gubernamentales acometan los trabajos de recuperación de la biblioteca y del centro de informática de la Unidad Educativa “La Independencia”, cuyas estructuras y equipamiento fueron afectados por un incendio en este año 2021.
Un corto circuito habría ocasionado el incendio que dañó esas estructuras de la referida escuela, que además está sin servicio eléctrico en el resto de sus instalaciones.
La Unidad Educativa “La Independencia” tiene una matrícula de aproximadamente 500 estudiantes, desde preescolar hasta 5to año de media general, todos indígenas, mayoritariamente del pueblo uwottuja, quienes viven en los alrededores de la sede educativa.
La pandemia ha empeorado las condiciones educativas en las comunidades indígenas, en clara violación del derecho a la educación de los niños y niñas.
En el informe sobre deserción escolar realizado por Kapé Kapé en 2019, el 95% de los estudiantes reportó que las escuelas o centros educativos de su comunidad están en condiciones entre regulares y deplorables, y que éstas no cuentan con servicios básicos como agua, recolección de basura, propiciando de este modo que los centros educativos sean espacios de insalubridad y cultivo de enfermedades.
La situación de las escuelas y de la educación en los sectores indígenas sigue agravándose con el tiempo y que afectan no sólo el presente, sino el futuro de las comunidades indígenas, por lo que deben ser punto de agenda permanente en todos los niveles de gobierno de nuestro país.
Prensa Kapé Kapé
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