Luego de que trascendiera que Estados Unidos sospecha de Irán tras un ataque en una base militar en Siria, la Casa Blanca impuso el viernes nuevas sanciones financieras a una “red” vinculada al programa de drones iraní.
Estaa nueva ronda de sanciones llega justo cuando se está intensificando la presión sobre Irán antes de la reanudación de las negociaciones para salvar el acuerdo nuclear.
El Tesoro de Estados Unidos se comprometió en un comunicado a “seguir exigiendo que Irán rinda cuentas por sus acciones irresponsables y violentas”, mientras que Washington acusa a Teherán de utilizar sus aviones no tripulados para alimentar numerosos conflictos en Medio Oriente.
Dos empresas que apoyan el programa de drones de la Guardia Revolucionaria, el ejército ideológico de la República Islámica, están en el punto de mira de las sanciones.
Aunque las sanciones no están relacionadas con el programa atómico de Irán, la administración Biden ha dicho que quiere construir un acuerdo potencial para revivir el languidecido acuerdo nuclear de 2015 para incluir el apoyo iraní a tales grupos y reducir su desarrollo de misiles balísticos.
El general Saeed Aghajani, que supervisa el manejo de los drones de los Guardianes y que ya figuraba en otra lista negra de Estados Unidos, también se vio afectado por las nuevas sanciones, al igual que el general Abdollah Mehrabi, otro alto funcionario del ejército de élite iraní.
Los activos que puedan tener en Estados Unidos serán congelados y se les prohíbe el acceso al sistema financiero estadounidense.
La Fuerza Qods, responsable de las operaciones internacionales de la Guardia Revolucionaria, “ha utilizado drones letales y ha promovido su proliferación entre los grupos respaldados por Irán”, como el Hezbollah libanés, el Hamás palestino y los rebeldes hutíes en Yemen, “así como en Etiopía, donde la crisis se está agravando y amenaza con desestabilizar toda la región”, señala el Tesoro en su comunicado.
“Se han utilizado drones letales en ataques contra barcos internacionales y fuerzas estadounidenses”, añadió, en referencia a hechos que han provocado grandes tensiones en los últimos años.
Las sanciones se producen luego de que Irán anunció que está dispuesto a reanudar las conversaciones indirectas con Estados Unidos en noviembre para salvar el acuerdo que debía impedirle adquirir armas nucleares, suspendidas desde junio.
Estas conversaciones se centran en las sanciones que Washington está dispuesto a levantar a cambio de que Teherán vuelva a cumplir las restricciones sobre su programa nuclear.
Mientras tanto, Joe Biden se prepara para una reunión clave de fin de semana con los líderes europeos para discutir la posible reanudación de las conversaciones nucleares con la República Islámica.
Irán aún tiene que comprometerse con una fecha para regresar a las conversaciones nucleares en Viena, pero ha señalado que lo hará la próxima semana con el objetivo de reanudar las negociaciones a fines de noviembre. Estados Unidos y otros han expresado su escepticismo sobre las intenciones iraníes, y Biden se reunirá con los líderes de Gran Bretaña, Francia y Alemania el sábado en Roma para trazar una estrategia sobre Irán.
Las negociaciones de Viena se detuvieron en junio antes de las elecciones de Irán que llevaron al poder al presidente de línea dura Ebrahim Raisi. Las conversaciones, que no involucran directamente a Estados Unidos porque el presidente Donald Trump se retiró del acuerdo nuclear en 2018, han languidecido desde entonces a pesar de las intenciones declaradas tanto de Washington como de Teherán de volver al cumplimiento del acuerdo.
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