Tres años exiliada en Colombia y a cargo de la presidencia de la Subcomisión de Asuntos Fronterizos del Parlamento (2015), le han permitido a Gaby Arellano ver de cerca las condiciones de pobreza con que están llegando los connacionales al país neogranadino, huyendo de la crisis humanitaria de Venezuela. Según la ONU, existen 5.9 venezolanos desplazados por el mundo y 80% se encuentra en Latinoamérica, pero esa cifra va en constante aumento, por lo que se espera que en el primer semestre de 2022 Venezuela supere el número de migrantes de países, como Siria.
Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.-
«El número de niños desnutridos que están llegando a Colombia ha crecido a cifras alarmantes, pero también vemos cuadros de desnutrición en ancianos que salen caminando y que es muy difícil rescatarlos nutricionalmente. Hoy los organismos internacionales y el mundo tienen que entender que el problema de la migración venezolana va más allá que un simple plato de comida», expresó a LA PRENSA tras un recorrido en los Centros Transitorios de Solidaridad al Norte de Santander, por donde transitan diariamente 250 desplazados criollos.
¿A qué riesgos se exponen los venezolanos cuando los países del Sur se empeñan en mantener las fronteras cerradas?
El éxodo venezolano, lamentablemente se agudiza. En los Centros Transitorios de Solidaridad al Norte de Santander, que es una política coordinada por el presidente colombiano Iván Duque para darle condiciones mínimas a los denominados caminantes, duermen todos los días casi 250 personas. Un número oficial donde se ve que ese flujo no se ha detenido, a pesar de todos los cierres fronterizos por la pandemia del COVID-19. Se espera que a final de este año la cifra sea de casi 400 personas saliendo al día. Se estima, además que después del 21 de noviembre donde se ha creado una expectativa por las elecciones, si no se logra esa expectativa el flujo migratorio aumente. Es muy probable que en el primer semestre de 2022, lamentablemente Venezuela sea la primera en crisis de refugiados del mundo.
¿Los países que hoy no le dan estatus de refugiados a los venezolanos, y que los deportan o permiten marchas xenofóbicas contra ellos, han entendido esa realidad?
Estamos haciendo todos los informes para que esas naciones entiendan que el problema va mucho más allá de darle al migrante un plato de comida, que era la visión que se tenía en 2016. Que hoy hay que pensar en mediano y largo plazo, en no solamente darle documentación, como hacen países de Colombia, República Dominicana o Estados Unidos, sino que también hay que crear políticas migratorias transversales en empleabilidad, en educación, en escolaridad, porque si mañana hay un cambio político en Miraflores, ese número de venezolanos no va a retornar de manera inmediata, mientras más tiempo tú pasas fuera de tu país creas raíces, relaciones que son más difíciles de desconectar de manera abrupta.
¿Cuál cree usted que fue el detonante para que Nicolás Maduro decidiera recular en su decisión de abrir la frontera colombo-venezolana?
La primera razón es que nuestro territorio está controlado por mafias irregulares, como El Tren de Aragua que ha tenido un incremento exponencial en todos los puntos fronterizos, por las FARC en sus distintos frentes y el ELN, además de que en el estado Zulia coopera el Cartel de Sinaloa. Lo que nosotros concebíamos como el mapa de Venezuela ha cambiado, no lo controla Maduro, lo controlan las mafias que en algún momento les dieron permiso y que ahora no responden a Maduro. La razón de peso por la cual Freddy Bernal quita los containers de los puentes internacionales es porque ahora sus negocios ilegales de transporte de carga pesada se han visto afectados por las rutas, porque ya en las trochas no solamente manda Bernal, manda la disidencia de las FARC que lidera Gentil Duarte, y que está en disputa con el frente de Iván Márquez.
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