La ONG Amnistía Internacional (AI) ha pedido este jueves a las autoridades chinas que demuestren la “seguridad” y el “paradero” de la tenista Peng Shuai, que hace dos semanas acusó al viceprimer ministro retirado chino Zhang Gaoli de obligarla a mantener relaciones sexuales, al tiempo que ha exigido que se investiguen las denuncias formuladas.
La investigadora de AI sobre China Doriane Lau ha señalado que el Gobierno chino “ha silenciado sistemáticamente el movimiento ‘Me too’ en el país”. En este contexto, y “habida cuenta de que además tiene un enfoque de tolerancia cero respecto a las críticas, resulta sumamente inquietante que Peng Shuai parezca estar en paradero desconocido tras haber acusado a un ex alto cargo del Gobierno de agresión sexual”, ha agregado.
A primera hora del jueves el régimen chino intentó acallar a las voces que piden por la seguridad y el bienestar de Peng Shuai a través de la publicación de un correo electrónico supuestamente escrito por la propia Peng en el que esta dice que estaba sana y salva y que las acusaciones de violencia sexual no eran ciertas. En este, también, pedía a las dirigentes de la Asociación de Tenis Femenino que dejaran de entrometerse en el asunto.
Horas después la Asociación de Tenis Femenino respondió sugiriendo lo que todos pensaban: que el mail era un fraude. “Me cuesta creer que Peng Shuai haya escrito realmente el correo electrónico que recibimos o que crea lo que se le atribuye”, dijo Steve Simon, director ejecutivo de la asociación.
Por su parte, Lau también se ha expresado acerca del supuesto mail y afirmó que “La presunta declaración realizada recientemente por Peng de que ‘todo va bien’ no debería aceptarse como auténtica, ya que los medios de comunicación estatales chinos tienen todo un historial de extraer declaraciones de personas bajo coacción, o simplemente inventárselas”. “Estas preocupaciones no se desvanecerán a menos que se confirmen la seguridad y el paradero de Peng”, insistió.
A juicio de Lau, el caso de Peng “pone de manifiesto el trato al que se enfrentan las mujeres que sobreviven al abuso sexual en China”, de las que ha dicho que sus denuncias son “sistemáticamente ignoradas y que a menudo son atacadas por alzar la voz”. El caso de Peng es la primera acusación de de este estilo contra alguien de las más altas esferas del poder en China, el Comité Permanente del Politburó, y ha puesto de manifiesto la enorme capacidad del país para reprimir todas las críticas, incluidas las de las mujeres que han presentado acusaciones de violencia sexual.
El 2 de noviembre, en una publicación en el sitio web de redes sociales chino Weibo, Peng Shuai acusó al viceprimer ministro retirado chino Zhang Gaoli de obligarla a mantener relaciones sexuales. Zhang Gaoli fue viceprimer ministro del país entre 2013 y 2018, y es considerado como un aliado del presidente Xi Jinping. El debate sobre las acusaciones fue rápidamente censurado en las redes sociales chinas y la publicación original -que decía “me llevaste a tu casa y me obligaste a tener relaciones contigo”- ya no está visible en linea.
Lo que ha hecho del caso de la Sra. Peng un caso internacionalmente conocido es su condición de celebridad en su país. Es más, mientras ascendía por las filas del tenis profesional, el gobierno chino la consideraba una atleta modelo. “Ella es como una brisa en el tenis femenino”, escribió en 2013 el Diario del Pueblo, el principal periódico del Partido Comunista Chino. “Siempre será nuestra princesa china”, agregaba la nota.
El escándalo internacional por la acusación de Peng ha estallado a tan solo unas semanas de que comiencen los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín, y los intentos de callar las voces y calmar las aguas tienen que ver con la intención del gobierno chino de mantener su imagen internacional mientras se proliferan los pedidos de un boicot diplomático y comercial a los Juegos.
En este sentido, Human Rights Watch publico un informe la semana pasada criticando a los principales patrocinadores de los Juegos Olímpicos por no pronunciarse públicamente sobre las cuestiones relacionadas a los abusos de los derechos humanos y de otro tipo.
Por su parte, el jefe de la Asociación de Tenis Femenino ha reclamado que se investiguen las acusaciones de Peng y amenazo con la retirada del organismo y el cese de actividades comerciales en el país si no se obtienen “resultados apropiados”. Siguiendo esta linea, el organismo que regula el tenis masculino, el ATP, también emitió un comunicado en el que afirmaba que estaba “profundamente preocupado por la incertidumbre que rodea la seguridad y el paradero inmediatos” de la Sra. Peng.
La dictadura china tiene un amplio historial a su favor en lo que concierne a salirse con la suya cuando aparecen las denuncias en su contra, incluso cuando estas adquieren relevancia internacional -como es el terrible caso de violaciones a los derechos humanos y genocidio contra los uigures en la región de Sinkiang. Sin embargo, con la relevancia que adquirió este caso en la prensa internacional y con los Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina, persiste la esperanza de que el gobierno chino libere a Peng Shuai de su lugar de reclusión y busque esclarecer, al menos en algún punto, lo sucedido.
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