La Fiscalía de Bolivia presentó una acusación forma por vía ordinaria contra la ex mandataria Jeanine Áñez por presuntos delitos cometidos cuando asumió la Presidencia en el marco de la crisis de 2019, acusaciones recogidas en el caso “golpe de Estado II”.
La acusación, que señala también a los ex jefes militares designados por Áñez, apunta a los delitos de resoluciones contrarias a la Constitución a las leyes e incumplimiento de deberes por la forma de acceder a la Presidencia del Senado con la que luego llegó a la del país, informa el diario boliviano El Deber.
Entre los ex altos mandos militares acusados se encuentran Flavio Gustavo Arce, Willians Carlos Kaliman, Carlos Orellana Centellas y Jorge Elmer Fernández, entre otros.
La acusación ha sido presentada por la representación legal de la Procuraduría General del Estado, a la que se adhirió el Ministerio de Justicia, en un “desdoblamiento” del caso ‘golpe de Estado I’, donde acusa a la ex mandataria de sedición, terrorismo y conspiración. Ahora, esta acción da paso a un juicio oral.
El abogado de Áñez Alaín de Canedo ha lamentado, en declaraciones al citado medio, la acusación. “Quién debe decidir si alguien asumió el poder de forma constitucional o inconstitucional es el Tribunal Constitucional que hasta el momento no ha emitido ninguna resolución. La interpretación de este tema no es librada a cualquier persona, menos fiscales o jueces ordinarios, como el presente caso”, subrayó.
Por su parte, los familiares de la ex presidenta manifestaron su indignación a través del Twitter oficial de esta, en el que han aseverado que con el contenido de la acusación el Movimiento al Socialismo (MAS) tiene el objetivo de condenar a Áñez “a cualquier precio”.
“No les importa la independencia del Órgano Judicial”, han alertado los familiares, que gestionan el perfil de la ex presidenta que no tiene acceso al mismo al encontrarse en prisión preventiva.
Tras acusaciones de fraude en los comicios de 2019, las partes involucradas en el proceso electoral accedieron a que la Organización de Estados Americanos (OEA) realizara una auditoría con la que detectó “irregularidades”. El entonces presidente, Evo Morales, dimitió el 10 de noviembre -apenas tres semanas después de la celebración de los comicios- en medio de una ola de violencia que dejó más de 30 muertos.
En su lugar, la que entonces era la ‘número dos’ del Senado, Jeanine Áñez, se proclamó presidenta interina para llenar el vacío de poder en el país sudamericano.
Bolivia volvió a celebrar elecciones presidenciales el 18 de octubre, fecha pospuesta en varias ocasiones a causa de la pandemia de la COVID-19. En los comicios, el actual presidente del país, Luis Arce, candidato del partido de Morales, el MAS, ganó los comicios en primera vuelta, con más del 55 por ciento de los votos.
Por su parte, Áñez se encuentra en prisión preventiva desde marzo acusada de sedición, terrorismo, conspiración y genocidio, entre otros delitos, por su rol en el marco de dicha crisis postelectoral.
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