El cuerpo del Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu, fallecido a los 90 años, fue reducido a polvo por aquamación, un nuevo método de cremación basado en la combinación de agua y altas temperaturas, presentado como una alternativa ecológica a los modos de sepultura clásicos.
Como la técnica de compostaje de los cuerpos con capas de hojas y madera, o el nitrógeno líquido, la aquamación es un método funerario permitido sólo en algunos países.
En Sudáfrica, la práctica evoluciona en un cierto vacío legislativo.
De su nombre científico “hidrólisis alcalina”, consiste en la cremación por el agua más que por el fuego. Los restos del fallecido se depositan en un gran cilindro metálico y luego se sumergen en un líquido, una mezcla de agua y productos alcalinos.
La sustancia se calienta (alrededor de 150 ºC) y se pone bajo presión, proceso que permite una rápida disolución de las partes blandas en el interior de la caja.
Después de unas horas, no quedan más que los huesos, que son luego reducidos a polvo blanco, colocados en una urna y entregados a los familiares para ser enterrados, como fue el caso de monseñor Desmond Tutu, o depositados en un columbario.
Según la Asociación de Cremación de los EEUU, este tipo de proceso resulta en un 32% más de volumen final en los restos de la persona fallecida y por ello requiere una urna más grande.
Desde un punto de vista simbólico, el agua se considera más suave que las llamas, y evoca el final de una vida comenzada en el elemento líquido. Pero sus defensores destacan sobre todo el beneficio ecológico del método, que es menos costoso en cuanto a energía que la cremación por combustión y que emite menos gases de efecto invernadero.
Según la empresa Resomation, con sede en el Reino Unido, el agua consume cinco veces menos energía que el fuego.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.