El índice de desempleo cayó a niveles casi prepandémicos en Estados Unidos pero se crearon menos puestos de trabajo de lo que se preveía, resultado que refleja los desafíos que le esperan al presidente Joe Biden este año de elecciones de mitad de mandato, aunque ello no le ha impedido calificarlo de «día histórico» para la economía.
AFP
«El plan económico de Biden funciona y hace que Estados Unidos vuelva al trabajo», dijo en un discurso desde la Casa Blanca.
La economía más grande del mundo creó solo 199.000 puestos de trabajo en diciembre, lejos de los 440.000 que esperaban los analistas, mientras que la tasa de de participación en la fuerza laboral (la proporción de la población en edad de trabajar que participa en el mercado) se mantuvo sin cambios, en solo 61,9%.
Estas cifras son aún más decepcionantes dado que los datos se recopilaron antes de que la variante ómicron del covid-19 se propagara por todo el país como un reguero de pólvora, provocando el cierre de teatros, cines, restaurantes, fábricas y escuelas e imponiendo cuarentenas a cientos de miles de personas por día.
Pero Biden ha insistido en que la tasa de desempleo continuó descendiendo a fines del año pasado, más de lo esperado, cayendo al 3,9% (-0,3 puntos porcentuales), con lo que se acerca a su nivel anterior a la pandemia (3,5%).
La nota negativa es que el desempleo afecta más a negros (7,1%) e hispanos (4,9%).
Biden también destacó que desde diciembre de 2020 se crearon 6,4 millones de puestos de trabajo, un récord. Pero faltan 3,6 millones de puestos de trabajo con relación a las cifras de febrero de 2020.
Para el presidente, recuperar el pleno empleo y controlar la inflación -que se ha disparado desde hace meses-, es fundamental en este año electoral, cuando su política económica está bajo el fuego de las críticas de la oposición e incluso dentro de su propio campo demócrata.
«El informe sobre el empleo de diciembre es el peor de la presidencia de Joe Biden y solo la última señal de que su crisis económica continúa», comentaron los republicanos en la Cámara de Representantes.
«Pura torpeza. Esta es la única explicación para las cifras de empleo bajo la administración Biden. (…) La fallida agenda socialista de Joe Biden está matando a la economía estadounidense», afirmó en Twitter el senador republicano Rick Scott.
«En la cuerda floja»
Algunos analistas explicaron este viernes que el hecho de que se crearan menos puestos a pesar de la pronunciada caída del desempleo puede deberse al aumento del número de trabajadores por cuenta propia aún no contabilizados en las estadísticas.
Todos los ojos están ahora puestos en la Reserva Federal (Banco Central), cuyos funcionarios parecen decididos a enfrentar el aumento de precios elevando las tasas de interés lo antes posible, con el riesgo de desacelerar el crecimiento y, por tanto, el empleo.
«En el contexto de una situación sanitaria que se deteriora rápidamente, la calma de la actividad económica en el primer trimestre obligará al presidente de la Fed (Jerome) Powell a caminar sobre la cuerda floja en futuras reuniones», resumió Gregory Daco, economista de Oxford Economics.
Estados Unidos registra actualmente más de 550.000 nuevos casos de covid por día, según estimaciones de los CDC, la principal agencia de salud pública. Y en la semana que terminó el 1 de enero ómicron representó el 95% de los casos nuevos.
Esta variante es menos letal que las anteriores, pero mucho más contagiosa, y la ola de infecciones compromete gravemente la reincorporación al trabajo, especialmente de las mujeres, obligadas a quedarse con sus hijos.
Desequilibrio
«Todo esto resalta que el desempeño de la economía permanece estrechamente vinculado a las olas de la pandemia», tuiteó Mark Zandi, de Moody’s Analytics, quien añadió que las empresas manejan cada vez mejor las olas de infección.
El 2021 estuvo marcado por un profundo desequilibrio entre la altísima oferta de puestos de trabajo, en particular de bajas remuneraciones, y la demanda, ya que la pandemia modificó las aspiraciones de los trabajadores estadounidenses.
Se espera que esta tendencia continúe al menos en los primeros meses del año.
Un fenómeno llamado «La gran renuncia», pautado por dimisiones masivas de trabajadores, por lo general no cualificados, está en marcha desde la primavera boreal.
En noviembre, unas 4,5 millones de personas abandonaron sus empleos, un récord, según datos de la Oficina de Estadísticas.
Para los empresarios, el mercado laboral se ha convertido en un dolor de cabeza.
Con el fin de atraer candidatos, aumentaron los salarios y multiplicaron las bonificaciones y beneficios sociales: en 2021, el salario medio por hora aumentó un 4,7%, un nivel insuficiente para compensar el alza de los precios al consumidor.
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