Pese a que todavía se aferra al poder y se mantiene en el Palacio Miraflores, el dictador venezolano Nicolás Maduro está cada vez más aislado del mundo. Pero ya no sólo de gobiernos que han venido denunciando sus violaciones a los derechos humanos desde el comienzo, como Colombia, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, y gran parte de la Unión Europea (UE). En los últimos días algunos de los principales líderes de la izquierda latinoamericana le dieron la espalda al régimen chavista.
El primero fue el presidente electo de Chile, Gabriel Boric, quien representa un viraje a la izquierda en su país luego de la administración de Sebastián Piñera. Semanas antes de asumir, se refirió a otros gobiernos identificados con la izquierda, y, en el caso de Venezuela, sostuvo que la dictadura de Maduro es un fracaso.
“Venezuela es una experiencia que más bien ha fracasado y la principal demostración de su fracaso son los seis millones de venezolanos en diáspora”, manifestó durante una entrevista con BBC Mundo.
Al ser consultado sobre si se reconocía en alguno de los gobernantes de izquierda en el concierto latinoamericano, no le escapó al interrogante: “Yo entiendo que la pregunta va muy relacionada con Venezuela y Nicaragua. En el caso de Nicaragua no logro encontrarle nada ahí, y en el caso de Venezuela es una experiencia que más bien ha fracasado”.
Sin embargo, aseguró que otros tres líderes regionales sí lo representan: “Me da mucha esperanza y espero tener un trabajo codo a codo con Lucho Arce en Bolivia, si Lula gana las elecciones en Brasil con Lula, la experiencia de Gustavo Petro si se consolida en Colombia. Creo que ahí se puede armar un eje tremendamente interesante”.
El flamante presidente chileno también habló sobre Venezuela este martes 1 de febrero, en entrevista con M24 Radio de Uruguay. Al respecto, aseveró que el retroceso democrático en el país caribeño ha sido “brutal” y adelantó que durante su mandato buscará construir una “izquierda democrática”.
“A mí me gustaría establecer un principio irreductible que es la defensa irrestricta de los derechos humanos, independiente del gobierno de turno. No podemos tener doble estándar, no nos podemos perder. El alegato permanente que hacen ciertas izquierdas a la autodeterminación de los pueblos para terminar incluso justificando sus desviaciones o conductas que no son apropiadas, como limitaciones a libertad de expresión, a la reunión, es algo que tenemos que enfrentar más abiertamente”, apuntó Boric.
Y agregó: “Esto es muy triste, pero tenemos que ser capaces de decirlo: en la situación de Venezuela, por cierto que incide el asedio que ha tenido permanentemente por parte de Estados Unidos, pero también ha habido un retroceso en las condiciones democráticas que ha sido muy brutal y para qué decir las condiciones económicas de vida, el éxodo de 6 millones de venezolanos es la prueba más fehaciente de aquello. Ese no es nuestro camino y nosotros aspiramos a construir una izquierda profundamente democrática, respetuosa de los derechos humanos, que sea capaz de ser crítica de sí misma”.
Incluso, en el gabinete elegido por Boric, con mayoría de mujeres, está la flamante canciller, Antonia Urrejola, quien se ha expresado su oposición a los regímenes de Venezuela y Nicaragua.
Por su parte, la semana pasada quien también se pronunció en contra de la dictadura de Maduro fue el presidente de Perú, Pedro Castillo. En diálogo con la cadena CNN, el mandatario dejó en claro que no le gustaría que su país siguiera los modelos de los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua, aunque se negó a reconocer si en estos países no gobierna la democracia y remarcó que cada país es “autónomo”.
“No soy parte de eso y no me gustaría que el Perú se convirtiera en uno de esos modelos”, indicó sobre los tres países latinoamericanos.
Fernando del Rincón fue muy concreto y claro al preguntarle por qué cuando se le consulta por Venezuela, Cuba y Nicaragua, evade dichas respuestas, a lo que el jefe de Estado señaló que “jamás traerá un modelo de afuera” y afirmó que piensa crear un “verdadero modelo democrático y abierto con los peruanos”.
“Soy un hombre del pueblo, ideológicamente soy un provinciano, soy un maestro andino que abraza las necesidades de este país”, aclaró.
En esa línea, Gustavo Petro, líder de la Colombia Humana y aspirante a la presidencia de cara a las elecciones de este año, también se distanció de la dictadura de Maduro. Esto, pese a que en reiteradas ocasiones el dirigente izquierdista fue relacionado con el régimen chavista.
En diálogo con revista Semana, el senador colombiano afirmó que Maduro “es una persona que está dentro de las dirigencias de la política de la muerte”: “La imagen de Maduro no es de un líder de izquierda, es un integrante muy conservador de las facciones más regresivas de la política mundial que están tratando de defender que el mundo permanezca en una economía fósil”.
No obstante, desde la oposición colombiana y venezolana vienen advirtiendo que una eventual llegada de Petro al poder podría llevar a una alianza con la dictadura chavista. El pasado mes de diciembre, el ex preso político Leopoldo López aseguró, en alusión a Petro, que “quienes han apoyado a Maduro evidentemente representan un camino similar”.
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