El Gobierno de Chile informó este jueves que instalará «en las próximas horas» una mesa de trabajo con su par de Bolivia para tratar la crisis migratoria que se extiende desde hace un año en la frontera común y se ha gravado en los últimos días.
En la instancia estarán presentes los cancilleres de ambos países, así como el ministro de Interior y Seguridad Pública de Chile y el ministro de Gobierno de Bolivia, informó la Cancillería chilena en un comunicado.
La cartera aseguró además que es «consciente de la importancia de la cooperación bilateral y multilateral para adoptar medidas y acciones que contribuyan a mitigar la compleja situación humanitaria, sanitaria y migratoria que afecta a la macro zona norte». Ni la pandemia ni la crisis social que se extendió durante más de un año en 2019 han alejado el deseo de migrar a Chile, uno de los países más atractivos dentro de América Latina por su estabilidad política y económica.
Tras un auge de entradas irregulares en febrero del año pasado, la crisis tuvo otro pico en octubre, con cientos de extranjeros ocupando plazas y avenidas en varias ciudades del norte, y en los últimos días se ha recrudecido. Iquique, la primera gran ciudad que se encuentran los migrantes que llegan a Chile por pasos irregulares en la frontera norte con Bolivia, vivió el domingo una manifestación contra la migración irregular y el lunes un paro de actividades, con camioneros bloqueando carreteras y protestando contra el aumento de la inseguridad.
El fiscal de Tarapacá, la región a la que pertenece Iquique, Raúl Arancibia, aseguró la semana pasada que los homicidios aumentaron 183 % en un año y que han surgido bandas criminales «extremadamente violentas». El ministro chileno del Interior, Rodrigo Delgado, viajó el martes a la zona y anunció que enviarán cerca de un centenar de policías más para atajar el aumento de delincuencia que denuncian los vecinos.
En una entrevista con el canal local Tele13 Noticias, Delgado aseguró la víspera que «Bolivia es por lejos el país que menos colabora» en el control de la frontera común y que hay evidencia de que la Policía boliviana podría estar ayudando a los ciudadanos venezolanos a ingresar a Chile a «cambio de dinero».
La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) alertó en diciembre pasado que cerca de 500 refugiados y migrantes venezolanos, incluidos niños, cruzan diariamente por pasos fronterizos irregulares entre Bolivia y Chile y llegan al país «tras varios días sin comer, con deshidratación, hipotermia y mal de altura».
En lo que va del año ya han muerto al menos dos personas tratando de cruzar la frontera y unas 23 desde que se inició el flujo masivo en febrero de 2021. En Chile hay 1,4 millones de migrantes, lo que equivale a más del 7 % de la población, y los venezolanos son los más numerosos, seguidos de peruanos, haitianos y colombianos.
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