La Comisión Europea propondrá este sábado un nuevo paquete de sanciones cuyo objetivo es, como ha explicado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, «seguir aislando a Rusia y drenar los recursos que utiliza en esta guerra bárbara». Estas acciones están coordinadas con Estados Unidos y otros socios del G7.
La lista de medidas empieza por retirar a Rusia el ‘status’ de nación más favorecida en sus mercados, lo que permite establecer aranceles y restricciones comerciales específicas. Esta es una medida que ya han adoptado, entre otros, EE UU y Canadá. La Comisión también presionará para evitar que el FMI o el Banco Mundial puedan salir al rescate de la economía rusa con préstamos o ayudas.
Entre las restricciones comerciales, estará el embargo de «productos clave» en el sector del hierro y el acero y una prohibición de exportar bienes de lujo europeos a Rusia, así como una prohibición de invertir en el sector energético ruso por parte de empresas europeas.
Von der Leyen también ha adelantado que «continuará la presión a las élites rusas» cercanas al presidente Vladímir Putin, lo que podría ser una nueva lista de restricciones para altos cargos y oligarcas cercanos al Kremlin y sus familias. Igualmente, la Comisión afirma que buscará formas de evitar que Rusia «y sus élites» puedan esquivar las sanciones a través del uso de criptoactivos.
Reuters
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