La falta de prevención, pocos lugares recreativos, aumento de la diáspora y la fractura familiar son factores que, según Projumi han hecho que en lo que va de 2022 repunten los casos de jóvenes adictos a las drogas. Gerardo Pastrán, director del Proyecto Juvenil Misionero (Projumi), precisa que a la semana están atendiendo entre 15 y 18 adolescentes en edades comprendidas entre los 13 y 14 años.
Lorena Rojas | La Prensa de Lara
Pastrán asegura que la marihuana y el cripy son las sustancias ilícitas que más consumen los chamos. Lamenta la falta de programas de prevención por parte del Estado y asegura que mientras no se desarrollen planes dentro de los organismos competentes, instituciones y exista mayor atención a estos casos en las familias, el problema con el consumo de droga seguirá aumentando.
Entre los casos que atienden a la semana, han registrado un incremento de mujeres que consumen este tipo de sustancias, casi igualando los casos de hombres.
«No sólo ha aumentado el consumo en chamos, sino también en la parte femenina. Anteriormente, de cada 10 consumidores 8 eran masculinos y 2 eran femeninos, ahora de cada 10 consumidores, 5 son masculinos y 5 son femeninos, esto se debe por la curiosidad que hay con estas sustancias», expresó.
El director de la organización, hace un llamado de alerta, pues ante los altos costos de las drogas los chamos se han visto en la obligación de «reinventarlas» con ingredientes no convencionales que les brinden una sensación similar.
«Las drogas las están reinventando con fármacos, bebidas gaseosas, además del alcohol. Esto también se debe a que se le está vendiendo alcohol a los chamos a diestra y siniestra, lo que los está convirtiendo en policonsumistas porque ligan varias sustancias». Alerta, que otro factor que puede verse como incitador al consumo de drogas son las redes sociales.
Aunque en Projumi atienden casos de drogadicción, Pastrán explica que no todas las personas pueden ser desintoxicadas por la organización, debido a que hay algunos en los que su problema es muy avanzado, por lo que deben ser tratados por un médico psiquiatra e incluso ser internados.
«Eso es producto de la soledad, del vacío familiar. Hay un gran vacío porque las amistades de estos chamos se han ido o porque las familias han dejado a los chamos solos al cuidado de otras personas», dice.
Luisa Pernalete, profesora y coordinadora del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría, asegura que una persona puede llegar a ser adicta a sustancias ilícitas o licitas, cuando en su familia se ha creado un patrón en el que consideran que el consumir es algo normal.
«Cuando una persona se vuelve adicta, en la mayoría de los casos desata la violencia intrafamiliar porque las sustancias hacen que actúen de una manera en la que estando conscientes no lo harían», dijo la docente.
Asimismo, recalcan que para salir de la adicción lo primero que debe hacer la persona es aceptar que tiene un problema, puesto que si no lo hace no habrá un verdadero cambio.
Sin oportunidades
Los especialistas destacan que otro de los factores que afecta es la falta de oportunidades que tienen los jóvenes actualmente.
Comentan que los adolescentes luego de graduarse de bachiller no encuentran ofertas atractivas para iniciar un verdadero plan de vida. De igual manera, señalan que el crear espacios recreativos, grupos de acompañamientos y el ayudar a trazarles un proyecto de vida a los jóvenes hace que se prevenga el consumo de drogas.
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