Tras participar del comienzo de las celebraciones por el Jubileo de la Reina Isabel II, el príncipe Harry y Meghan Markle se fueron de Inglaterra en medio de la indiferencia de la familia real.
Harry y Markle invitaron al príncipe William, Kate Middleton y sus hijos a la primera fiesta de cumpleaños de su hija Lilibet como forma de acercamiento, pero la familia real no asistió, señaló este lunes el sitio Page Six.
En medio de la actual relación conflictiva de los hermanos por las declaraciones de los Sussex en televisión, Meghan y el príncipe Harry invitaron a los Cambridge a la fiesta en su casa del Reino Unido, Frogmore Cottage, en Windsor, el sábado. Pero los Cambridge y dos de sus tres hijos, el príncipe George, de 8 años, y la princesa Charlotte, de 7, estaban en Gales ese día participando en las celebraciones del Jubileo de Platino.
Los Sussex regresaron a California sin pasar tiempo a solas con William y su familia. “Las cosas todavía están tensas: William todavía desconfía de pasar tiempo a solas con Harry, ya que nunca se sabe lo que se puede informar después”, dijo una fuente al citado medio.
La parea real abandonó silenciosamente el Reino Unido el domingo, en medio de los festejos.
Sin embargo, los duques de Cambridges le desearon un feliz cumpleaños a Lili en Instagram, al igual que el resto de la familia real. La cuenta de Twitter de la realeza publicó un emoji de globo y el mensaje: “¡Deseando a Lilibet un muy feliz primer cumpleaños!”.
Su abuelo, el príncipe Carlos, y su esposa, Camilla, duquesa de Cornualles, también publicaron un mensaje por el cumpleaños de la niña, que conoció a su bisabuela.
Y los Sussex, que asistieron a dos de los eventos del Jubileo, pasaron el cumpleaños de Lili con una fiesta en su casa de Windsor. Como informó The Sun, asistieron al cumpleaños los hijos de Zara y Mike Tindall (Mia, 8, Lena, 3, y Lucas, 1), junto con las hijas de Peter Phillips y Autumn Kelly (Savannah, 11 e Isla, 10). Otros invitados icluyeron al padrino de Archie, Charlie Van Straubenzee, y su hermano Tom, quien es el padrino de la princesa Charlotte.
Fue la primera visita de Lili al Reino Unido y el primer viaje de regreso de su hermano Archie, de 3 años, desde que la familia abandonó la tierra natal de Harry para irse a los Estados Unidos en marzo de 2020 tras renunciar a sus cargos oficiales en la familia real británica.
El príncipe y su esposa Meghan Markle aparecieron el jueves en un discreto regreso público durante el desfile que inició el jubileo de Isabel II.
El duque y la duquesa de Sussex, excluidos del balcón del palacio de Buckingham al ser ahora miembros “no activos” de la realeza, permanecieron invisibles a las retransmisiones del desfile del “Trooping the Colour”.
Los tabloides mostraron sin embargo fotos de Meghan, ataviada con un vestido oscuro y gran sombrero blanco, hablando con Harry, cuyo traje oscuro contrastaba con el uniforme militar tradicional que llevaban su padre Carlos y su hermano mayor William durante el desfile.
Bajo el resonar de las campanas de la catedral, el nieto de la monarca, de 37 años, llegó vestido de chaqué y corbata gris, luciendo todas sus condecoraciones.
Sonriente pero tensa, la ex actriz estadounidense, de 40 años, vestía elegantísima con trench y falda color -entre gris y beige- de la marca Dior Alta Costura, y pamela, guantes y zapatos a juego.
La multitud los recibió con una mezcla de ovaciones y abucheos, ilustrando las opiniones encontradas que despiertan en el Reino Unido.
El hijo menor del príncipe Carlos, de 37 años, regresó varias veces a Reino Unido desde el “Megxit”, que supuso el divorcio entre la pareja y la monarquía: para los funerales del esposo de la reina, Felipe, en abril de 2021, y luego para la inauguración de una estatua con la efigie de su madre Diana.
Con Meghan, también hizo una breve visita a la reina, antes de los Juegos Invictus en Países Bajos en abril. Pero la pareja lo hizo en secreto.
Para los funerales del príncipe Felipe, Meghan se quedó en Montecito, localidad costera californiana donde residen, ya que estaba embarazada de siete meses de su hija, Lilibet.
En Reino Unido, la pareja es muy impopular (63% de opiniones desfavorables, según el instituto YouGov) y también lo es para los tabloides, que no dejan pasar la oportunidad de criticarla.
“Su partida ha dejado el sentimiento de que han dado la espalda no solamente al país, sino a la reina, a la institución”, opinó recientemente Omid Scobie, autor de un libro sobre la pareja. “Son detestados, y creo que todo lo que hagan será amplificado de forma muy negativa”, agregó.
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