En finanzas, la teoría del más tonto empieza con un inversor haciendo algo estúpido con la esperanza de que alguien decida después hacer algo incluso más absurdo.
El primer comprador paga una cantidad inflada de dinero por un bien que luego pondrá a la venta con un precio aún más desorbitado tratando de encontrar alguien aún «más tonto» que se lo compre.
En este peligroso juego, lo que se intercambia pueden ser tulipanes -como ocurrió en la primera gran burbuja financiera de la historia mundial en la primera mitad del siglo XVII- o según las últimas declaraciones de Bill Gates, bitcoins.
El fundador de Microsoft afirmó en una conferencia en Berkeley, California, que el mercado de las criptomonedas y los NFT (token digitales) se basan «100%» en la teoría del gran tonto.
Y es que según esta teoría, es posible que los inversores obtengan una ganancia comprando demasiado caro y luego vendiéndolo a otro inversor.
Todo este ciclo funciona sin que nadie se pare a pensar cuál es el valor real del activo y muchos inversores caen en esta trampa -dicen los expertos- probablemente sin saberlo.
El precio de la gasolina puede subir y subir, pero el petróleo siempre está respaldado por su utilidad. Sirve para algo.
Gates añadió que él prefiere invertir en empresas que creen productos reales.
Y no en un servicio cuyo «anonimato es utilizado para evadir impuestos» dijo en referencia a la criptomoneda más famosa.
Dijo que la gente compraba criptomonedas y NFT sin importar su precio y convencidas de que podría vender más caro porque «alguien está dispuesto pagar más por ella que yo».
Y afirmó que nunca había invertido en ese mercado.
Otros inversionistas y ejecutivos adinerados, incluidos Warren Buffett o Jamie Dimon, también han expresado su escepticismo sobre las criptomonedas.
Buffett llegó a llamar una vez al bitcoin «veneno para ratas al cuadrado».
Gates ironizó también sobre el valor de los NFT, o tokens no fungibles.
Son certificados de propiedad de activos virtuales o físicos a menudo usados en el mundo del arte o de la música digital. Después de volverse extremadamente populares el año pasado, su demanda parece haberse estancado recientemente.
«Obviamente, costosas imágenes digitales de monos van a mejorar muchísimo el mundo. Es increíble», afirmó Gates sarcásticamente en el foro.
El filántropo y multimillonario de 66 años se refería a la colección de arte digital del Bored Ape Yacht Club, una producción limitada de 10.000 piezas únicas de la imagen de un mono con variaciones menores que llegaron a venderse por miles de dólares.
Pero ahora que la economía mundial atraviesa por un mal momento, los inversores prefieren colocar su capital en inversiones menos arriesgadas y huyen de las apuestas más especulativas como son las criptomonedas o los certificados digitales, dos mercados que no cuentan con protección legal.
El bitcoin acumula caídas por encima del 50% en 2022, mientras el ethereum ha perdido un 69% de su valor.
El NFT de los monos también ha perdido más de la mitad de su valor.
Todo esto hace pensar que la cadena para buscar al «más tonto» se ha detenido afectando a muchas otras partes del mercado.
Esta misma semana la plataforma Celsius, uno de los mayores prestamistas en monedas digitales y un actor clave en el mundo de las finanzas descentralizadas, decidió protegerse de las «condiciones extremas del mercado» congelando las cuentas de sus 1,7 millones de usuarios e imponiendo una especie de «corralito» a sus clientes.
En el mismo sentido, Binance, la plataforma de intercambio de criptomonedas más grande del mundo, también tuvo que «pausar» durante unas horas los retiros de bitcoin mientras que Coinbase Global, otra importante plataforma, anunció que despediría a casi una quinta parte de su personal.
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