El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, consideró este lunes «urgente» instalar una mesa única en la que los sindicatos y el Gobierno negocien el fin de las protestas que se registran desde hace más de dos semanas para exigir la reducción del costo de la vida y otras reivindicaciones.
EFE
Las marchas, bloqueos y una huelga docente indefinida, que están causando desabastecimiento de alimentos y combustible, son impulsadas por la Alianza Pueblo Unido por la Vida, con sede en la capital, y la Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo Organizado (Anadepo), que tiene su base en la provincia de Veraguas, además de grupos organizados de indígenas del interior.
El Ejecutivo del presidente Laurentino Cortizo instaló el jueves pasado una mesa de negociación en la capital, con la mediación del arzobispo Ulloa, a la que no asistieron los representantes de las dos grandes alianzas argumentado la falta de consensos previos en asuntos como los mediadores, lugar de reuniones y temas a tratar.
Ante esa situación, el Gobierno inició o prosiguió conversaciones con dirigentes de grupos individuales – indígenas del occidente del país y docentes de la región central – con los que llegó a pactar acuerdos que permitieran la reapertura de carreteras o la suspensión de la huelga de maestros, que a la postre no se han mantenido porque son desconocidos por sus bases y el resto de los gremios.
Esta mañana, por ejemplo, los dirigentes de la Anadepo anunciaron la ruptura de un acuerdo alcanzado el domingo con el Ejecutivo, que incluía reducir de 3,95 a 3,25 dólares el precio congelado del galón (3,78 litros) de combustible, una de las conquistas de las protestas que se iniciaron precisamente en rechazo al alza de la gasolina y de los alimentos.
En este contexto, Ulloa anunció este lunes en un comunicado que se reunió «con las diferentes organizaciones obreras que integran la Alianza Pueblo Unido por la Vida», entre los que están el poderoso sindicato de la construcción Suntracs, la asociación de docentes Asoprof y la confederación de sindicatos Conusi, que este lunes bloquearon varios accesos a la capital, que lució desierta.
Esta Alianza «aceptó a la Iglesia católica como facilitadora del proceso de diálogo» y señaló «estar dispuesta a participar de una mesa única en el lugar que la Iglesia proponga», dijo el comunicado.
Tanto el equipo de facilitadores como la Alianza Unidos por la vida «coincidieron en la necesidad de un acuerdo entre los diferentes liderazgos, y que se haga lo más pronto posible», dijo el comunicado de la Arquidiócesis de Panamá.
«Vemos urgente la instalación de esta mesa única y por eso invitamos a las dirigencias a que podamos darnos esta oportunidad en una mesa con estos principales actores, para que encontremos prontamente las soluciones a estos problemas», afirmó Ulloa en una conferencia de prensa.
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