El Partido Comunista de Cuba controla absolutamente todos los resortes de la sociedad y del Estado. El ámbito religioso no es la excepción, y así como ocurre en la política, el arte y los medios de comunicación, tampoco está exento de la represión que viene ejerciendo el régimen castrista desde hace más de seis décadas.
La ONG Prisoners Defenders brindó detalles del brutal esquema represivo en un informe al que tuvo acceso Infobae. En diálogo con este medio, Javier Larrondo, director de la organización, afirmó que ese esquema es “terriblemente maquiavélico y efectivo”.
Para el reporte “Reforma constitucional y libertad religiosa en Cuba”, que es complementario al informe elaborado por la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos, se tomó declaración a 56 líderes religiosos y laicos de cuatros religiones: católicos, protestantes, yorubas y musulmanes.
“El Partido Comunista es el rector de la libertad religiosa en Cuba. Se ha arrogado plenas capacidades para restringir la libertad y cultos religiosos de forma arbitraria sin que haya capacidad legal de oposición”, señala el estudio. De hecho, el partido cuenta con una entidad rectora de los derechos religiosos, la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos (OAARR), cuya autoridad y funcionamiento emanan y dependen del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Las declaraciones de los líderes y representantes religiosos fueron contundentes. El 93% denunció que sufre actos represivos (en promedio, al menos tres tipos): todos ellos reconocieron conocer casos de pastores, sacerdotes, babalawos, e imanes que sufrieron represión, registros, vigilancia y/o han tenido que emigrar por la persecución del Estado. Apenas el 7% sostuvo que no es víctima de represión por parte de la dictadura de Miguel Díaz-Canel.
Los actos más comunes corresponden a amenazas, citaciones judiciales y detenciones. También hay reportes de hechos de violencia y actos de repudio y odio. Todo esto, por motivos de pensamiento, conciencia y religiosos.
“Si algún líder religioso dice algo que no le gusta al Estado, lo que hacen, por ejemplo, es quitarles la electricidad, no los dejan hacer obras. Si siguen, lo extienden a toda la congregación. Al obispo le dicen que lo hacen por tal párroco, cura, entonces generan un conflicto entre el obispo y el sacerdote”, comentó Larrondo, quien reconoció que en la Iglesia Católica “se resuelve porque la jerarquía es tan potente que el sacerdote calla”. Pero, en el caso de los pastores protestantes, “acaban teniendo un conflicto con los presidentes y les echan de la congregación”.
Esto, apuntó, es la primera fase de la represión. Luego, hay una segunda etapa que tiene como objetivo distanciar a los representantes religiosos de los feligreses.
“En el momento que pierde la protección de la congregación, hablan con la seguridad del Estado a través de la oficina de asuntos religiosos, que es quien domina toda la situación, y toda la libertad religiosa en Cuba, habla con las otras iglesias, y entonces les dice que no recojan al pastor que ha sido expulsado de la otra. Una vez que le tienen aislado, hay dos caminos: o el pastor decide doblegarse, o si el pastor no se doblega y sigue pensando independientemente y hablando libremente, van por él con agentes de opinión, que son unos agentes de la seguridad del Estado que están denominados con ese nombre, que están para sembrar rumores en los barrios”, agregó el activista español.
Una vez que ese representantes de cualquiera de las religiones mencionadas se encuentra ya “desprotegido”, la dictadura arremete con todo en su contra: “La gente duda de él, ya le tienen aislado, y en ese momento ya le pueden asignar un cargo, o incluso meterle en prisión”.
Por su parte, el informe denuncia que la dictadura cubana, con la dirección de la OAARR, crea falsas instituciones religiosas, con el objetivo de “ocupar el espacio de las verdaderas organizaciones religiosas”: “Y así presentar tanto a la población como a la opinión internacional supuestos religiosos que están en armonía con su gobierno”.
En el caso de las iglesias cristianas ha creado el Consejo de Iglesias; en la religión Yoruba, la Asociación Cultural Yoruba; y en la religión islámica, la Liga Islámica de Cuba. Las tres organizaciones están controladas por la seguridad del Estado.
De las tres, la más excluida y reprimida por el régimen es la religión Yoruba, o afrocubana. Si bien está “consentida”, es ilegal y nunca fue permitida o legitimada oficialmente por las autoridades castristas. “Esto supone que el sacerdote Ifá o Babalawo, tendrá que practicar su religión a espaldas de la legalidad, en condiciones ilegales y perfectas para que pueda ser en todo momento chantajeado, pero especialmente ante cualquier manifestación que desagrade al régimen”, indica el informe.
En el caso del Islam, el régimen castrista creó la Liga Islámica, “una institución registrada con falsos musulmanes, agentes de la Seguridad del Estado y afines oficialistas, en una maniobra en la que se apropiaron de la labor del imán Hassan Abdul Gafur (Ernesto Silveira Cabrera) en los años 90″. Después de dos años de solicitar el registro de esa institución, siendo víctima de actos de represión, la dictadura decidió hacerlo pero asociándola al registro del Consejo de Iglesias bajo su personalidad jurídica, y con una junta directiva que no controlaría el imán, sino las autoridades estatales.
“Al mundo árabe le dijeron que el imán era el vicepresidente, cuando este imán se negó en todo momento, dijo que eso era un teatro, que no lo hicieran, que él no participaba de eso. Lo hicieron para demostrar al mundo árabe que Cuba aceptaba al Islam, que estaba integrado, para hacer negocios con los países árabes”, comentó Larrondo.
El presidente de Prisoners Defenders recordó que la dictadura cubana “no permite el registro de ninguna iglesia independiente”: “Solamente una afiliada Mariela Castro, otra de la ortodoxa rusa que dejaron para hacerle un favor a Putin, y otra más que era totalmente oficialista”. En 1976, en tanto, “se ilegalizaron varias iglesias”.
El 100% de los encuestados para el informe indicaron que la educación está “ideologizada en el ateísmo”. Respecto a las limitaciones en el accionar religioso y/o de caridad, el 86% apuntó que la OAARR bloquea e impide la construcción, adecuación y uso de templos de forma arbitraria”. Asimismo, el 89% aseveró que el organismo que responde a la dictadura castrista “impide la presencia de las iglesias en los medios de comunicación”.
La OAARR también impide parcial o totalmente la acción social de las iglesias en Cuba. “Es el informe más profundo que jamás se ha realizado sobre la libertad religiosa en Cuba, y además, con una apertura global y fijando un patrón de estrategia común en el régimen cubano que es perverso, maquiavélico, y terriblemente efectivo”, concluyó Larrondo.
El informe completo:
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