El éxodo de cubanos que huyen de la crisis económica hacia Estados Unidos ya es el más grande en décadas, superando las cifras de otras oleadas como las de 1980 y 1994.
En lo que va del año fiscal, desde octubre de 2021 hasta fines de julio las autoridades fronterizas han registrado casi 178 mil cubanos que llegaron a EEUU desde la isla, de 11 millones de habitantes.
De esta forma, el Centro para la Democracia en las Américas, un organismo de Washington que pide el levantamiento de las sanciones de EEUU, destacó que las cifras ya superan la suma de los “marielitos” en 1980 y los migrantes de la crisis de los balseros en 1994, movimientos también desencadenados por turbulencias económicas.
Cuba atraviesa su peor crisis en tres décadas, con una creciente escasez de alimentos, medicinas y combustible, lastrada por los efectos de la pandemia de COVID y al recrudecimiento de las sanciones de Washington.
Además, el panorama de frecuentes apagones, que han desatado protestas, apunta a un empeoramiento, tras el incendio masivo que, según el régimen castrista, comenzó con la caída de un rayo, envolviera cuatro de los ocho tanques de almacenamiento de un depósito de combustible clave en la costa norte, a 100 kilómetros de La Habana.
Antes del incendio, la producción cubana iba a crecer un 3,4% este año según las previsiones de las Naciones Unidas. Por su parte, la inflación ya se acerca al 30%, empujada por la devaluación del peso y el aumento de los combustibles y otras importaciones.
Además de la crisis energética, Cuba ha sufrido repetidas crisis en su vital industria turística este año, con la interrupción del flujo de visitantes de Rusia, así como una explosión que causó docenas de muertes en un importante hotel de lujo en la capital. Y a principios de julio, un general que controlaba un extenso imperio empresarial estatal que domina la economía cubana murió de un ataque al corazón.
Centroamérica, el puente de ingreso a EEUU
El grueso de los migrantes llega a Estados Unidos pasando antes por otros países.
En 2021, Honduras registró el paso de 17.590 migrantes en situación irregular, principalmente haitianos. Pero la situación cambió en 2022. Entre enero e inicios de junio han superado los 44.000 y la mayoría viene de Cuba, nación agobiada por una severa crisis económica. Los siguen los venezolanos.
Por su parte, Desde que Nicaragua no pide visa a los cubanos, muchos prefieren volar hasta Managua para continuar rumbo norte. La alta demanda desde La Habana ha colocado los pasajes en torno a los 6.000 dólares, según los propios usuarios.
En julio, la Patrulla Fronteriza detuvo en 20.080 ocasiones a migrantes cubanos: un 25% más que en junio y casi seis veces más que en junio de 2021.
No obstante, en los últimos meses también aumentaron las salidas por mar, pese el peligro que implica cruzar el estrecho de Florida, el mar que separa a Cuba de la Península de Florida y una zona plagada de tiburones, en embarcaciones rústicas.
El último fin de semana, 187 migrantes cubanos fueron arrestados después de llegar a los cayos de Florida en 10 barcos durante el fin de semana, informaron el lunes las autoridades de inmigración de Estados Unidos. Entre octubre y junio, los agentes del CBP han encontrado y detenido a más de 1.300 cubanos que llegan a Florida. Esa cifra rondaba los 200 y 300 en el mismo periodo de tiempo los dos últimos años. El número de cubanos que emigran en embarcaciones sigue siendo una pequeña fracción de la gran oleada de cubanos que están cruzando la frontera entre Estados Unidos y México.
Ante el vertiginoso aumento, Washington y La Habana retomaron recientemente negociaciones migratorias. La Habana reclama 20.000 visas anuales de emigración que Estados Unidos está comprometido a otorgar desde 1995.
Según los acuerdos migratorios vigentes entre ambos países, Washington debe devolver a la isla los migrantes ilegales interceptados en el alta mar, y Cuba reintegrarlos sin consecuencias legales.
A diferencia de otros migrantes, varios cubanos que llegan a Estados Unidos pueden entregarse a las autoridades, entrar bajo palabra (“parole”) y tratar de acogerse a la Ley de Ajuste Cubano (1966), un beneficio que data de la Guerra Fría y permite a quienes dejan Cuba solicitar residencia legal en Estados Unidos. Otros piden asilo.
“Me vengo por la situación económica que tenemos en Cuba, bastante pésima. El salario apenas nos alcanzaba, si comprábamos un par de chancletas (sandalias), no podíamos comer”, lamentó en junio Diana Guzmán, durante su paso por Honduras, en entrevista con AFP. “No tenemos a nadie que nos mande dinero del extranjero y decidimos venir para darle un mejor futuro a la familia que está en Cuba, y a mi nieta”, agregó.
El régimen castrista acusa a Estados Unidos de librar una “política de guerra económica” para deprimir el nivel económico de la población, además de restringir las vías para emigrar, mientras estimula la salida “irregular” de los isleños, privilegiándolos con la posibilidad de tener residencia permanente cuando entran de manera ilegal a territorio estadounidense.
(Con información de AFP, AP)
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