Elogió al mexicano Andrés Manuel López Obrador, pidió por el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y saludó al chileno Gabriel Boric y al colombiano Gustavo Petro. Pero el presidente de Argentina, Alberto Fernández, dio la nota de la jornada en el CCK al defender a Cuba y Venezuela, víctimas, según su visión, de “bloqueos” por parte de Estados Unidos.
En su discurso, Fernández justificó la búsqueda de fortalecimiento institucional de la Celac, armado junto a su par mexicano. “Con Andrés Manuel sentimos que la OEA ya no nos representa, y que el BID ya no es el banco de América Latina”, sostuvo. “Tenemos la oportunidad en este tiempo, que es muy desdichado, pero el mundo va a necesitar energía y alimentos, bienes que a la región le sobran”, definió.
Las palabras del Presidente argentino, llegaron luego de una jornada en la que, sin críticas audibles, desde el Gobierno y la Cancillería festejaron la adhesión de los 32 países miembros de la Celac a la propuesta argentina para “institucionalizar” esa comunidad de naciones, que hoy lidera el Presidente y que integran, entre otros, países apuntados por Washington como Venezuela, Nicaragua o Cuba.
Al comenzar la tarde, los representantes participaron del seminario “unidos en la diversidad” en un colmado salón Argentina del CCK. Y casi todas fueron loas, excepto las palabras del expresidente uruguayo José Pepe Mujica, para quien la institucionalización de la Celac “es un camino muy largo”, al igual que la idea de fortalecer el poder específico de la región.
“No hay ninguna integración a la vuelta de la esquina”, comenzó el expresidente uruguayo, y explicó que “no podemos dar lo que no tenemos, y los pueblos en las calles no hablan de integración”. Mujica, que había almorzado con el Presidente al mediodía, afirmó que “esta es una batalla larga, y todos los partidos tienen que bajar y hablar con la gente de este tema, porque así como estamos no significamos nada en el concierto mundial”.
Lo escuchaban, sin saber si aplaudir o no, el canciller Santiago Cafiero; el expresidente de Colombia Ernesto Samper; la senadora mexicana Beatriz Paredes, y el director de la organización de países del Caribe, Didacus Jules. Ya había cortado la comunicación Celso Amorím, el excanciller brasileño, que trajo saludos del ya candidato a regresar a la presidencia, Luiz Inácio Lula da Silva.
Menos locuaz que otros días, y algo cansado, Mujica pidió además “ser abiertos. Hay que construir institucionalidad, sí, pero recordemos que los gobiernos son de corto plazo”. Continuó sorprendiendo al auditorio al afirmar que “esta no es una cuestión de derecha ni de izquierda, sino de ser o no ser”. Y pareció referirse a las peleas en el Mercosur cuando dijo que “la mayor rentabilidad (de los de afuera) es cuando nos peleamos entre nosotros a ver quien se baja más los pantalones en la búsqueda de inversiones”. Le gustó poco y nada el chiste de Samper, quien al empezar a hablar dijo que “el continente tiene dos Papas, uno de centro que es Francisco, y otro de izquierda que es Pepe Mujica”. El expresidente, anunciado para el panel de cierre, se excusó por motivos de salud y dejó un breve saludo en un video.
Su discurso crítico contrastó con las palabras del canciller Cafiero, que elogió “la zona de paz” que el continente “supo construir”, y elogió que “países de distintos signos políticos” estén representados en la Celac, que Argentina preside desde enero con el voto unánime de sus 32 integrantes (Brasil está fuera por decisión del gobierno de Jair Bolsonaro). Amorím, en tanto, afirmó que “la vocación de paz de la Celac puede contribuir a la cooperación” e intentó ser equilibrado al afirmar que “algunas cosas se pueden hacer desde el Mercosur, otras desde la Celac”. Un rato después, Paredes reclamó ir a fondo con la integración, que “sí o sí afecta intereses” y saludó la iniciativa de generar un fondo para los desastres climáticos.
“Me parece que lo de Pepe, al que siempre escucho con mucha atención, tiene mucho que ver con Uruguay y su intención de acordar con China por fuera del Mercosur”, afirmó a este diario el diputado Eduardo Valdés, cercano al Presidente, en uno de los pasillos del CCK.
Por la mañana, los coordinadores nacionales de la Celac se reunieron bajo la coordinación del representante argentino, Gustavo Martínez Pandiani. Desde la Cancillería destacaron que la reunión “fue un éxito” y que se acordó “avanzar en la institucionalización” de la Celac, donde hoy las decisiones se toman (o no) con el aval de la totalidad de sus miembros.
El resto de las delegaciones (LA NACION) intentó conocer la opinión de cinco de ellas, sin respuesta) prefirieron no dar detalles y coincidieron en que nadie levantó la voz en reclamos del avión retenido en Ezeiza desde hace más de dos meses, con su tripulación de 19 iraníes y venezolanos en un hotel bonaerense, a la espera de la resolución judicial.
Entre los coordinadores nacionales que llegaron a Buenos Aires estuvo Rander Peña, viceministro del régimen de Nicolás Maduro. El joven representante venezolano hizo, hace dos días, un fuerte posteo en reclamo de la devolución del avión, en línea con el reclamo de la primera línea del chavismo.
“El avión Boeing 747 propiedad de Emtrasur, secuestrado por las autoridades judiciales argentinas, ha servido para llevar ayuda humanitaria a los Pueblos hermanos que lo han necesitado, eso les amarga a EEUU y ordena a la Fiscal y juez Argentino la incautación ilegal del avión” reza el texto publicado en redes sociales. Hoy, Peña fue recibido por el vicecanciller Pablo Tettamanti y todas fueron sonrisas, a juzgar por las fotos publicadas en sus cuentas de la red social Twitter.
“En el marco de la XXXV Reunión de Coordinadores Nacionales de la CELAC que se desarrolla en Buenos Aires, Argentina, sostuvimos reunión de trabajo con el Vicecanciller Argentino Pablo Tettamanti, con quien revisamos todos los temas de interés para nuestros países”, escribió Peña.
Quienes sí se hicieron ver fueron dos personas con acento caribeño que repartían un panfleto en la puerta del CCK. “El secuestro de la aeronave se enmarca en una apuesta geopolítica para dividir al continente latinoamericano, apuntando contra la Celac, justo cuando sus vínculos de solidaridad han comenzado a reanimarse”, reza el panfleto, sin firma y con el logo “devuelvan el avión”, que el gobierno de Maduro utiliza desde hace semanas para transmitir su enojo, apuntando a la Justicia argentina y a Estados Unidos y dejando “a salvo” al Gobierno.
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