El Gobierno de Joe Biden en Estados Unidos admitió este miércoles que su política con Cuba es diferente a la iniciativa de deshielo de la Administración de Barack Obama (2009-2017) con la isla, y lo justificó por la represión del Ejecutivo cubano.
“Sobre Cuba, nuestra política se basa en las aspiraciones del pueblo cubano de más libertad y más democracia”, aseguró el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Ned Price, en rueda de prensa.
Price dijo que “es cierto que la política de esta Administración no es idéntica” a la que tuvo el Gobierno de Obama, cuando Biden era vicepresidente.
Pero añadió que “también es cierto que desde 2017, hace cinco años, el régimen cubano se ha hecho mucho más represivo en muchos aspectos”.
El portavoz de la diplomacia estadounidense puso como ejemplo la respuesta de las autoridades cubanas a las manifestaciones pacíficas de julio de 2021, que fueron aplacadas “con represión, arrestos y encarcelamientos en toda la isla”.
“Este es solo un ejemplo de la represión que hemos estado viendo por parte del régimen cubano”, dijo Price.
No obstante, el funcionario reivindicó que la Administración de Biden también ha “dado pasos” para beneficiar a la población cubana.
Recordó que el pasado mayo, se anunció el restablecimiento de vuelos desde Estados Unidos a ciudades cubanas más allá de La Habana, unas rutas que habían sido prohibidas por el Gobierno del republicano Donald Trump (2017-2021).
También dijo que se han llevado a cabo programas de reunificación de familias separadas entre Cuba y Florida, y que se ha ampliado el personal de la Embajada estadounidense en La Habana para agilizar la entrega de visados.
Biden prometió en campaña una apertura con Cuba tras cuatro años de duras políticas de Trump hacia la isla, pero según los expertos sigue lejos de la política de deshielo que inició en 2014 Obama, quien restableció relaciones diplomáticas con La Habana.
Los antecedentes
Estados Unidos impuso un embargo económico a Cuba en 1960 luego de la revolución liderada por Fidel Castro y la nacionalización de propiedades pertenecientes a corporaciones y ciudadanos norteamericanos.
Sacar a Cuba de la lista negra había sido uno de los principales logros de la política exterior del entonces presidente Barack Obama en su búsqueda de mejorar las relaciones con la isla caribeña, un esfuerzo respaldado por Biden como su vicepresidente.
Días antes de que Biden asumiera como presidente, el gobierno del entonces presidente Donald Trump volvió a designar a Cuba como “estado patrocinador del terrorismo”, imponiendo nuevas sanciones. Durante su campaña, Biden prometió renovar las relaciones con la isla gobernada por comunistas, pero no ha dado ningún paso hacia esa dirección.
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