El lunes 3 de octubre corrió por las redes sociales una información que sacudió a lectores y escritores. La librería Alejandría II anunciaba una liquidación total de su mercancía por cierre.
Por Lenys Carolina Martínez / Radio Fe y Alegría Noticias
Esto es un golpe para la cultura venezolana, para la educación, entretenimiento y aprendizaje a través de los libros que ya no estarán en las estanterías de esta otrora prestigiosa cadena de librerías en el país.
Alejandría tenía cuatro sedes: una en el estado Mérida y tres en Caracas (una en Plaza Venezuela y dos en la urbanización Las Mercedes). La única que quedaba –ubicada en el Centro Comercial Paseo Las Mercedes-, se despide. ¿La razón? La situación económica de Venezuela. Pese a la dolarización y el maquillaje de una presunta “mejoría” en algunos niveles. No es el caso de Alejandría.
El equipo de Radio Fe y Alegría Noticias conversó con su dueño, Víctor García, quien expresó que el cierre de este espacio para la lectura es “consecuencia de un proceso de deterioro continuo en el mundo de las librerías” y que asumieron la responsabilidad económica por el aporte cultural y también por “la lucha contra la barbarie”. Sin embargo, actualmente es insostenible que Alejandría continúe con sus puertas abiertas.
García indicó que la primera sede en cerrar fue la de Mérida hace dos años. Era la única que existía en esa ciudad. Duró 25 años. No obstante, terminaron regalando los libros porque era más costoso trasladarlos hasta Caracas. Pero no solo cerró esa sede, sino con ella, el oficio del señor Luis, el librero. “Luis es una figura excepcional, importante y valiosa en el mundo del libro”, dijo Víctor García
“La decisión que estamos tomando es a consecuencia de la situación económica que vive el país. Me ha golpeado financieramente y también a mis empresas (cuatro plantas ubicadas en Caracas, Guarenas, Guatire y La Yaguara)”. García informó que en sus cuatro empresas trabajaban 1.000 personas y ahora quedan 14. “Sin contar el personal de las librerías. Éramos 40”.
Adicionalmente, resaltó que la crisis económica se agudizó con la llegada de la pandemia por el COVID-19.
-¿Cómo sobrevivió Alejandría II a la pandemia?
-“Todos nuestros ahorros fueron consumidos durante la pandemia. Aparte, estuvimos un año y medio sin aire acondicionado, cosa que resultó catastrófica para la librería. De paso, podían abrir las peluquerías, pero las librerías no”, comentó.
La diáspora incidió en la pérdida de lectores
A juicio de García, la huida de unos siete millones de venezolanos por el contexto que atraviesa el país durante los últimos años, incidió en la pérdida de lectores en lugares acondicionados para adquirir un libro o simplemente para leer.
“El Darién (la selva) es un símbolo de desesperación de la gente por huir. El problema es que se nos fueron los lectores”, apuntó.
Sin embargo, comentó que una vez que anunciaron la liquidación de libros por el cierre inminente de Alejandría II, aumentó la visita del público y con ello, la venta de obras. “Esto sucedió cuando bajamos los precios sustancialmente porque estamos vendiendo libros desde 1 hasta 50 dólares –libros que afuera cuestan 500 dólares-. El incremento de la población ha sido impresionante”, expresó García visiblemente conmovido.
En ese sentido, considera que todo el esfuerzo que han hecho ha permitido que personas muy jóvenes y hasta adultos mayores hayan pasado por la librería a adquirir títulos de su preferencia e incluso, comentarlos.
“El problema es que antes tenías que escoger entre comer y tener libros. Quien analiza la economía, sabe que en la curva de alimento no hay posibilidad de elección”, agregó.
El Centro Comercial no quiere a la librería en sus espacios
-Partiendo del incremento de las ventas por liquidación, ¿No hay posibilidad de que la librería se mantenga con libros con descuentos?
-“Tenemos pensado mantener estos precios porque nuestro inventario es muy, pero muy grande, producto de todas esas inversiones que hicimos. El problema es que el Centro Comercial no nos quiere aquí”, dijo y aunque desconoce las razones.
-¿Por qué?
-“No lo sé. Teníamos problemas económicos como cualquiera que está en este mundo, le hicimos una propuesta al centro comercial de cancelar todas las obligaciones pendientes, lo hicimos por escrito y ellos nos dijeron que no querían Alejandría aquí en el centro comercial”, expresó Víctor García, quien se autodefine como un “enamorado de la cultura”.
García resaltó que por la librería Alejandría II pasaron múltiples personalidades venezolanas, hasta el “recién premiado poeta y gloria de Venezuela, Rafael Cadenas. Él no era solamente continuo visitante de esta librería, también de las otras”, agregó.
Adicionalmente, comentó que por el momento la librería Alejandría II seguirá operativa a través de su sitio web, habrá una alianza con una asociación civil para reactivar la editorial y un espacio cultural que también acogerá libros. “Se tiene pensado el sitio, pero aún no lo puedo revelar”, dijo.
-A su juicio, las ferias del libro (como la Filven, por ejemplo), ¿Cómo afecta la pluralidad en cuanto a libros en el país?
-“Yo creo que la feria del libro, específicamente Filven, son un saludo a la bandera. Son ferias bien intencionadas pero con resultados poco halagadores, a diferencia de cualquier feria. Cuando conviertes tu fin que es vender libros y producir cultura en un instrumento político, desaparece el lector. Y eso vale para cualquier cosa”, puntualizó.
Las imprentas desaparecieron
Por otra parte, García indicó que eran una de las “tres grandes empresas de artes gráficas en Venezuela” y todas están cerradas. En el año 2012 produjeron 25 millones de libros para la colección Bicentenaria, posteriormente imprimieron 10 millones de cuadernos y actualmente no se produce nada, excepto algunos trabajos esporádicos.
“Teníamos clientes privados como Editorial Planeta hasta el último día que se fue”, agregó.
García indicó que todos los equipos que tenían, es decir, las rotativas, ahora están convertidas en chatarra por “obsolencia y también por falta de uso. Llegamos a imprimir la revista Estampas, Todo en Domingo, pero todo eso se vino estrepitosamente abajo. Ahora solo estamos viviendo de trabajos pequeños que nos están salvando”.
La gente todavía es inteligente
-¿Cómo se invita a la generación actual a leer y a visitar espacios de libros cuando están ocurriendo cierres como el de Alejandría II?
El dueño de este establecimiento para la lectura comentó que es un hombre cristiano lleno de esperanzas, y que Jesús le dio la sorpresa de recibir en la librería la visita de muchos jóvenes en los últimos dos meses. “He visto su nivel cultural, lo que discuten en los libros que piden. Eso para mí es ser optimista. Vivimos una diáspora, nos derrotaron ahí, pero la gente que queda todavía es inteligente y está contra la barbarie”, finalizó un García visiblemente conmovido.
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