“No hay tiempo que perder. Un sistema sanitario es tan fuerte como el personal sanitario que lo sustenta. Si nos atenemos al clima actual de huelgas, agotamiento y fuga de cerebros, nuestros sistemas sanitarios están en graves apuros”, advirtió el director europeo de la OMS, Hans Kluge, durante una reunión celebrada en Bucarest.
“La crisis del personal que trabaja en la sanidad en Europa ya no es una amenaza inminente, está aquí y ahora. Los proveedores de servicios de salud y los trabajadores de toda nuestra región claman por ayuda y apoyo”, señaló
En la reunión, 49 de los 53 miembros de la OMS en Europa han aprobado una declaración que recuerda que la pandemia de la covid-19 ha dejado clara “la fragilidad de los sistemas sanitarios y la importancia de contar con un personal sanitario sólido y resistente”.
El documento destaca que el año pasado hubo una serie de huelgas en Europa en las que los empleados de la salud denunciaron sus difíciles condiciones de trabajo, los sueldos bajos, así como la falta de recursos.
“La salud y el bienestar de nuestras sociedades están en juego, simplemente no hay tiempo que perder”, afirma Kluge en un comunicado.
La OMS destaca que las sociedades registran un doble envejecimiento, el de la población y el de la fuerza laboral de salud, mientras aumentan los casos de enfermedades crónicas y siguen presentes los efectos de la pandemia.
Uno de los problemas que requieren una solución urgente es que, según algunas estimaciones, el 40 % de los sanitarios europeos se jubilarán en los próximos diez años.
El sistema afronta un “colapso inminente” en áreas claves si no se toman medidas urgentes para enfrentar estos retos, afirma el comunicado.
Como respuesta a estos desafíos la Declaración de Bucarest pide una “acción política” en cinco campos, como mejores contratos para los trabajadores, mejoras de los mecanismos de suministro de personal sanitario y optimizar el rendimiento de la fuerza laboral del sector.
Los últimos dos puntos resaltan la importancia de planificar mejor la labor de los trabajadores y aumentar las inversiones públicas para su formación, desarrollo y protección.
EFE