La ceremonia de coronación de Carlos III ha estado cuajada de símbolos, unos evidentes otros más ocultos, como el hecho de que la reina Camila llevara bordada en su falda la imagen de los dos queridos corgis de la reina Isabel II.
«Muick» y «Sandy» viven en el Royal Lodge de Windsor, la finca que el príncipe Andrés comparte con su exesposa, Sarah Ferguson, quienes los adoptaron tras el fallecimiento de Isabel II.
Este sábado vuelven a tener protagonismo pues ambos aparecen bordados a los lados de la falda de la reina Camila. Son ellos los que custodian el símbolo real de la corona y las iniciales entrelazadas de CR, «Carolus Rex», en latín.
El diseño de Bruce Oldfield, en blanco marfil, también lleva bordadas las flores vinculadas a la corona británica: rosas, cardos, narcisos y tréboles, que representan las cuatro naciones del Reino Unido.
Por primera vez en la historia solo un miembro de la monarquía y la nobleza ha jurado lealtad al rey: el príncipe y heredero Guillermo, que al finalizar se ha acercado a un emocionado, Carlos III para darle un beso en la mejilla. «Gracias, William», le ha dicho su padre.
Otra de las curiosidades de la jornada se centra en los jóvenes príncipes, Jorge, Carlota y Luís, los hijos de los duques de Cambrigde, Guillermo y Kate.
Los tres han aparecido vestidos con los colores de la bandera del Reino Unido: Jorge de rojo con el traje de Guardia de Honor; Carlota de blanco y el pequeño Luis de azul con una chaqueta Hainsworth Garter Blue Doeskin con adornos de encaje en el cuello, los puños y la parte delantera.
Tanto Carlota como Luis han compartido confidencias durante toda la ceremonia y el pequeño no ha dudado en señalar todos los detalles que le resultaban singulares.
El príncipe Jorge, hijo mayor de los príncipes de Gales, ha sido uno de los encargados de llevar la túnica de su abuelo tanto a la entrada como a la salida.EFE
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