Fernando Botero, antioqueño y quizás el artista colombiano más grande de todos los tiempos, murió este 15 de septiembre, a sus 91 años, tras sufrir complicaciones de salud. Nacido en Medellín el 19 de abril de 1932, Botero fue uno de los artistas plásticos más reconocidos de Colombia en los últimos decenios.
Fue Botero quien puso el arte nacional en los escenarios internacionales más importantes del mundo. Sus esculturas se imponen en importantes lugares, en países como Estados Unidos, España y Francia.
Sus obras, sean pinturas o grandes esculturas, están regadas por importantes capitales. Por ejemplo, ‘El pene de su Adán’, está en el Time Warner Center. Mientras que su exuberante doncella reposa en Cartagena.
Solía ser ser conocido como “el pintor de las gordas”, pero lejos de lo que cree la mayoría, Botero tenía interés en ir más allá y su interés era desarrollar las consecuencias y el valor plástico del volumen en el cuerpo humano, un animal o un objeto.
Botero comenzó su carrera artística a temprana edad, y a los 19 años ya había ganado varios premios en concursos de pintura. En 1952 viajó a Europa para estudiar en la Academia de San Fernando de Madrid y en la Academia de San Marcos de Florencia.
Fernando Botero falleció en la tranquilidad de su hogar en el principado de Mónaco. Y según contó su hija, Lina Botero, en Caracol Radio, había tenido problemas de salud desde hace varios días y dio su último respiro este viernes, 15 de septiembre, sobre las nueve de la mañana.
La obra del maestro Botero
Botero desarrolló su propio estilo, caracterizado por el uso de figuras voluminosas y redondeadas. Este estilo, conocido como “boterismo”, se ha convertido en una de las marcas registradas del artista.
Pintó una amplia variedad de temas, incluyendo escenas de la vida cotidiana, retratos, naturalezas muertas y obras religiosas, así como del conflicto colombiano. También realizó numerosas esculturas, que se caracterizan por sus formas curvilíneas y su gran tamaño.
El escultor se destacó por crear obras de arte por casi 75 años. En los últimos años, sus obras las realizaba desde su residencia Pietrasanta, Italia. Allí hacía acuarelas, la cual era su más reciente pasión.
La obra de Botero ha sido objeto de críticas y elogios por igual. Algunos críticos han visto su estilo como una forma de escapismo, mientras que otros lo han interpretado como una crítica a la sociedad consumista. Sin embargo, no hay duda de que Botero es un artista original que ha dejado su huella en la historia del arte.
Fue galardonado con numerosos premios, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2000), el Premio Velázquez de Artes Plásticas (2004) y el Premio Imperial de Japón (2012).
En la década de los 70 y tras años de insistir en su técnica, las puertas del ámbito artístico internacional se abrieron para Botero cuando Dietrich Malov, el director del Museo Alemán, llevó a Berlín su obra para exponerla, lo demás fue una espiral en ascenso de un artista que construyó un lenguaje visual reconocible, único, como los grandes maestros del arte.
La extensa obra de Botero está en manos suyas, de marchantes, de coleccionistas y muchos de sus cuadros han sido valuados en millones de dólares. En marzo de 2022 una de sus obras, titulada “Hombre a caballo” fue subastada en Sotheby ‘s en 4,3 millones de dólares.
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