Tras dos semanas del huracán Otis, habitantes y empresarios de Acapulco expresaron este miércoles su escepticismo ante la promesa del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, de reabrir 40 hoteles en marzo y reconstruir el puerto en menos de dos años, aunque coincidieron con su urgencia de reactivar el turismo en diciembre.
Pedro Pablo Cortés y David Guzmán / EFE
En las calles del puerto, donde el histórico ciclón dejó 48 muertos, más de 300 hoteles destruidos y a cerca de 250.000 personas sin vivienda, la persistente devastación provoca dudas sobre las metas del Gobierno.
La empresaria Dolores Pineda comentó a EFE que «en marzo no se recuperarán» los hoteles, «es muy pronto», al lamentar que la población «no siente mucho apoyo por el momento», pero compartió el objetivo del mandatario y de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles en Acapulco de reactivar el turismo a finales de año.
«Sé que ya en diciembre hay algunos hoteles que van a abrir y todos estamos poniendo un granito de arena para que eso salga adelante, con nuestro esfuerzo, nuestra actitud, porque nosotros como empresarios y personas que vivimos aquí en Acapulco lo queremos mucho y tratamos de que sea lo antes posible», expresó.
«Visítennos en diciembre, ya vamos a tener playas bonitas», pidió.
El optimismo oficial a dos semanas de la devastación
Este miércoles se cumplen dos semanas del azote de Otis, que tocó tierra el 25 de octubre como categoría 5 en el sureño estado de Guerrero, donde rompió el récord de intensificación de un ciclón en México, con Acapulco y Coyuca de Benítez como las ciudades más golpeadas.
El Gobierno de México anunció 61.313 millones de pesos (cerca de 3.500 millones de dólares) para las reparaciones y apoyos sociales en Guerrero.
Pero Fitch calculó en 16.000 millones de dólares las pérdidas catastróficas y las cámaras empresariales previeron dos años y hasta 300.000 millones de pesos (casi 17.000 millones de dólares) para la reconstrucción de Acapulco.
Aún así, López Obrador prometió que el turismo se reactivará en diciembre, por lo que se reunió en el Palacio Nacional este miércoles con dueños de hoteles en Acapulco, como el magnate Carlos Slim, el empresario Juan Antonio Hernández y representantes del Grupo Vidanta y Mundo Imperial.
«Que ya desde diciembre empiece de nuevo la actividad, el 24 de diciembre, que los acapulqueños vuelvan a la normalidad, fue una situación muy dolorosa, muy fuerte para muchos”, manifestó el mandatario en su rueda de prensa matutina.
La premura del devastado puerto de Acapulco
La premura por recibir de nuevo a visitantes es palpable en Acapulco, donde el turismo representa una carta parte de la economía y los hoteles y restaurantes son la principal fuente de empleo, según un reporte de la consultora turística Gemes.
Por ello, el chofer Francisco Hernández espera que los turistas vuelvan «lo más pronto posible» a la ciudad, con más de 20 kilómetros de playa.
«Para que el ingreso que vayan a dejar los turistas ayude a la gente de aquí de la ciudad de Acapulco, entonces sería conveniente lo más pronto posible, en cuanto ya empiecen a trabajar los restaurantes, y que haya, si no al 100 %, los hoteles (abiertos), podrían ayudar muchísimo a la ciudad», señaló a EFE.
Pero otros costeños, como Marisol Rentería, creen que «la expectativa del mandatario nacional no corresponde a la realidad de Acapulco», donde las labores de limpieza y rescate continúan.
«Las principales avenidas, como son la avenida costera Miguel Alemán, la Cuauhtémoc y la avenida Ruiz Cortines, siguen invadidas de montañas de basura, de montañas de desechos, de desperdicios y, me atrevo a decir, hasta algunos muertos que no han sido desenterrados», relató la mujer.
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