El Episcopado de Panamá, pidió este miércoles a la ciudadanía evitar que el «ensañamiento» se apodere del país, inmerso desde hace más de dos semanas en protestas contra la operación de una gran mina que han causado escasez de alimentos y combustible y están suscitando episodios de violencia, incluyendo muertos y heridos.
EFE
Al expresar su «profundo dolor» por la muerte a tiros el martes de dos manifestantes a manos de un hombre armado, que junto a muchos otros conductores permanecía atascado en un bloqueo de carretera, los obispos clamaron para que «estos episodios jamás» hagan olvidar a los ciudadanos de Panamá que esta es una nación «pacífica».
«Evitemos que el ensañamiento se posesiones de nuestro país» y que se caiga «en la tentación de la violencia», dijo el Episcopado, que pidió poner la mirada «en quienes más necesitan de nosotros y no se merecen un país inestable e inseguro».
La muerte a tiros de los dos manifestantes que formaban parte de un grupo de docentes que bloqueaba un tramo de la vía Panamericana, la principal del país y que lo comunica con Centroamérica, se suma a la de al menos otro que fue arrollado en otra vía obstruida en el occidente panameño. En ambos casos los atacantes fueron detenidos.
La Fiscalía investiga un incidente ocurrido el martes en Horconcitos, en la occidental provincia de Chiriquí, en el que un dirigente indígena que permitió el paso de vehículos por razones «humanitarias» fue agredido por otros manifestantes que se oponían a ello.
Las imágenes de la golpiza que recibió el dirigente y su madre fueron difundidas por la televisión local y también en redes, en las que se pueden ver otros episodios violentos en los bloqueos, como uno en el que un hombre que está siendo apabullado por otro con un machete logra quitarle el arma y lo corretea.
Políticos de oposición acusan al Gobierno de Laurentino Cortizo de inacción ante la crisis y por tanto de no cumplir con su deber de garantizar la seguridad de todos en Panamá. Las autoridades no han respondido a estos señalamientos.
El bloqueo de vías han provocado escasez de alimentos y combustible, especialmente en el occidente del país. La capital panameña y otras ciudades están parcialmente paralizadas debido a los problemas de movilidad, y las clases están suspendidas por una huelga docente que afecta a más de 800.000 alumnos, según las cifras oficiales.
Los empresarios rechazan los bloqueos por considerarlos un «secuestro de la población» y calculan que las pérdidas económicas están entre 70 y 90 millones de dólares diarios, en un país donde cerca del 50 % trabaja en la economía informal y depende de lo que produce cada día.
Las protestas, que la semana pasada incluyeron las manifestaciones pacíficas más grandes en décadas, son en rechazo a la renovación de la concesión a 20 años prorrogables a Minera Panamá, subsidiaria de la canadiense First Quantum Minerals, que explota la mina a cielo abierto Cobre Panamá, una inversión de 10.000 millones de dólares que representa el 5 % del producto interno bruto (PIB) del país, según la empresa.
El contrato que renovó la concesión es lesivo al Estado tanto económica como ecológicamente, dicen los ambientalistas y sindicatos, pero el Gobierno afirma que multiplica por 10 las ganancias al fisco así como el cuidado ambiental respecto al anterior, declarado inconstitucional por el Supremo en el 2017.
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