Después de permanecer con una perspectiva de largo plazo en Venezuela, donde se encuentran las mayores reservas de petróleo del mundo, la actividad de Chevron vuelve a ponerse a prueba.
Nicolás Maduro amenaza con incorporar al territorio venezolano la disputada región petrolera del Esequibo, que Guyana reclama como propia.
Si sigue adelante, algunos analistas esperan que EE.UU. reinstaure las sanciones y revoque potencialmente la licencia especial que permite a Chevron mantener sus operaciones en Venezuela.
Queda por ver si el aumento de las tensiones se convierte en un conflicto abierto, pero analistas del mercado energético advierten que el impacto en la empresa con sede en California podría ser significativo.
En caso de que la amenaza de Maduro sea «algo más que ruido de sables, lo más probable es que la administración estadounidense limite la capacidad de Chevron para operar en Venezuela«, apunta Shreiner Parker, director gerente para América Latina de la firma de investigación Rystad Energy.
«Chevron puede decidir que no quiere operar en un país que ha invadido a un vecino soberano», dijo el experto a Bloomberg.
Representantes de Chevron no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios por parte de la agencia estadounidense.
Maduro ha anunciado que concederá nuevas licencias de exploración petrolera en Esequibo y ordenará a las empresas que ya trabajan en la zona que se marchen, en un plazo de 90 días, pero abierto «a conversar».
Guyana está intensificando las medidas de seguridad y el ejército de Brasil ha aumentado su presencia a lo largo de la frontera. Estados Unidos, por su parte, ha pedido a Venezuela que respete el territorio de Guyana hasta que el asunto se resuelva en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
En teoría, los yacimientos petrolíferos frente a Guyana que Chevron ahora controla, luego de su adquisición de Hess Corp, por 53.000 millones de dólares, convierte a la empresa en socia de Exxon Mobil Corp., lo que supone un riesgo relevante para la corporación-
Estos yacimientos podrían estar en peligro, debido a la amenaza de Maduro. Pero los analistas ven poco probable que Venezuela se haga cargo de esa producción en alta mar, debido en parte a los importantes desafíos logísticos que la nación sudamericana no está preparada para manejar.
Chevron espera que su acuerdo con Hess se cierre en la primera mitad de 2024.
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