Un grupo de astrónomos identificó por primera vez, mediante los instrumentos a bordo del telescopio espacial James Webb, metano proveniente de una fría enana marrón, lo que indica la presencia de auroras en dicho cuerpo celeste, informó este martes la NASA.
Las enanas marrones son objetos cuyo tamaño se ubica entre el de una estrella pequeña y un planeta gigante. Algunos científicos consideran estos cuerpos celestes como ‘estrellas fallidas’, puesto que no lograron iniciar la fusión de hidrógeno para convertirse en estrellas normales.
En el caso de las auroras, generalmente se producen cuando las partículas energéticas provenientes del Sol chocan con otras partículas presentes en la atmósfera de un planeta, una vez que estas son transportadas hacia sus polos a través de las líneas del campo magnético.
Es posible que estos fenómenos, que son muy frecuentes en las regiones del Ártico y la Antártida, estén presentes en otros objetos astronómicos que se encuentran diseminados en el espacio. Se han observado auroras en algunos planetas del sistema solar, por ejemplo, Júpiter y Saturno, así como en sus lunas cercanas.
La aparición de auroras en una enana marrón
En nuevo estudio, que será presentando esta semana en la 243.ª Reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense, se reportó el hallazgo de emisiones infrarrojas de metano en la enana marrón W1935, ubicada a 47 años luz de distancia de la Tierra. Este resultado se conoció después de analizar una muestra de 12 enanas marrones con el James Webb.
Según la NASA, las emanaciones de metano son una característica común a los gigantes gaseosos. Asimismo, señala que dichas emisiones son impulsadas por el calentamiento de la atmósfera superior (estratósfera) de los cuerpos celestes, que está relacionado con la formación de auroras.
Sin embargo, los científicos detallaron que la W1935 carecía de una estrella anfitriona, por lo que no existe una fuente de energía que caliente su atmósfera superior. Esto se debe a que, al no haber viento estelar que interactúe con la enana marrón, no es posible que se origine el suceso.
«Hemos visto este tipo de fenómeno en planetas con una estrella cercana que puede calentar la estratósfera, pero verlo en un objeto sin una fuente de calor externa obvia es una locura», indicó el investigador Ben Burningham. Tras modelar la atmosfera de la W1935, se formuló que el objeto posiblemente esté experimentando una inversión de temperatura, gracias a la que su atmósfera se calienta a mayores altitudes.
Al tratar de conocer qué origina este proceso, los especialistas encontraron que la inversión de temperatura es predominante en planetas como Júpiter y Saturno. No obstante, indicaron que están investigando las causas que provocan el calentamiento estratosférico de la W1935, aunque sugirieron que el fenómeno podría originarse en las auroras y el transporte interno de energía desde las profundidades de la atmósfera.
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