El Gobierno de Colombia expidió el decreto que oficializa al polémico Armando Benedetti, exembajador en Venezuela y protagonista de uno de los mayores escándalos políticos del año pasado, como embajador ante la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en inglés) en Roma.
El documento fue firmado por el suspendido canciller colombiano, Álvaro Leyva, con fecha 6 de febrero, aunque la noticia se hizo pública previamente luego de que la Presidencia divulgara el currículum de Benedetti como aspirante al cargo.
Benedetti, quien fue uno de los mayores apoyos del presidente colombiano, Gustavo Petro, durante su campaña electoral, dimitió de su cargo en Caracas en junio del año pasado tras el escándalo de escuchas ilegales en el gabinete presidencial.
El político tiene cuatro casos judiciales abiertos, uno de ellos una investigación por la posible financiación ilegal de la campaña del actual mandatario.
Las críticas a su nombramiento llegaron desde diferentes sectores, incluida la Unión de Funcionarios de Carrera Diplomática y Consular (Unidiplo), para quien Benedetti no tiene la experiencia necesaria e incurrió en varias faltas en su anterior cargo.
La de la FAO en Roma es una de las embajadas que reabrió el Gobierno de Petro ya que el país llevaba 25 años sin misión ante ese organismo pues fue eliminada en 1999 por el entonces presidente Andrés Pastrana como parte de un plan de austeridad.
Por esa razón, la representación ante la FAO en las últimas décadas ha estado a cargo de la Embajada de Colombia en Italia.
El motivo del escándalo
Benedetti protagonizó un escándalo el año pasado cuando en un enfrentamiento con Laura Sarabia, entonces jefa de gabinete de Petro y actual directora del Departamento de Prosperidad Social (DPS), amenazó con revelar información comprometedora sobre la financiación de la campaña presidencial.
En unos audios sobre ese enfrentamiento, relacionado con una disputa de cargos públicos y que fueron revelados por la revista Semana, Benedetti reclamó de forma grosera a Sarabia un mejor trato del Gobierno.
En una de esas discusiones telefónicas, Benedetti le dijo a Sarabia que él gestionó 15.000 millones de pesos (unos 3,4 millones de dólares) para la campaña de Petro y amenazó con que si contaba quiénes la financiaron en la costa atlántica, «nos hundimos todos, nos acabamos todos, nos vamos presos».
Después de ese rifirrafe, tanto Benedetti como Sarabia renunciaron a sus cargos, el 2 de junio de 2023, y el canciller Leyva, al comentar la situación, tachó al entonces embajador en Venezuela de «drogadicto».
«Me parece muy gracioso. En medio de todo este movimiento de noticias, a Benedetti cómo se le puede creer. Él mismo dice ‘yo soy un drogadicto'», dijo Leyva a periodistas.
Sin embargo, meses después Sarabia regresó al Gobierno como directora del DPS y Benedetti vuelve ahora como embajador ante la FAO según el decreto firmado por el propio Leyva, quien además está suspendido por tres meses por la Procuraduría (Ministerio Público) por supuestas irregularidades en una licitación para la fabricación de pasaportes. EFE
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