Por primera vez en años, el número de estadounidenses fallecidos por sobredosis de drogas «no ha crecido significamente», aseguró este viernes el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, quien explicó este cambio con más recursos a la prevención y la salud pública.
«La cifra se ha estabilizado, pero sigue muriendo un estadounidense por sobredosis cada cinco minutos», dijo el jefe de la diplomacia de EEUU ante la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, celebrada esta semana en Viena.
Blinken afirmó que, por primera vez, EEUU está dedicando más recursos a prevenir la demanda que a controlar la oferta y que, aunque aún queda mucho trabajo por hacer, los pasos que se están tomando «están empezando a cambiar la tendencia».
Con todo, reconoció que en los años anteriores hubo un «aumento catastrófico» del número de fallecidos por sobredosis de opiaceos sintéticos.
«Más del 40% de los estadounidenses conoce a alguien que ha muerto a causa de un opioide. Las drogas sintéticas son ahora la primera causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 45 años», aseguró.
Blinken afirmó que en los últimos tres años el Gobierno de EEUU ha invertido 169.000 millones de dólares en combatir el daño que producen las drogas.
«Esto significa más recursos para la sensibilización de la población; para intervenciones y servicios sanitarios destinados a prevenir y reducir el consumo de drogas, las sobredosis y otros daños; así como medidas para prevenir, detectar y detener la fabricación y el tráfico ilícitos de drogas», enumeró.
El secretario de Estado dijo que dejar desatendido el consumo de drogas y el crecimiento del tráfico son «dos caras de la misma moneda».
«Cuanto más podamos ayudar a las personas a romper el ciclo del abuso y la dependencia, menor será el mercado ilícito de drogas. Cuanto más podamos reducir la oferta ilícita de drogas nocivas, menos personas estarán expuestas a ellas», resumió.
La reunión de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, el máximo órgano internacional sobre políticas de drogas, se centra en el creciente debate y división entre los países que piden abandonar el enfoque represivo en la estrategia internacional antinarcóticos, y apostar por la prevención y la reducción de daños.
Países como Rusia, China, Irán o los Estados árabes bloquean ese cambio, en una postura inmovilista ante la que 59 países, incluidos las principales potencias europeas, EEUU, Canadá, y latinoamericanos, como México, Brasil y Colombia, emitieron ayer una declaración en la que piden abordar el problema como un asunto de salud pública. EFE
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