El país, entonces uno de los más pobres del mundo, estaba a punto de iniciar la exploración comercial de petróleo.
Por BBC MUNDO
Christine estaba especialmente emocionada porque vive en la misma calle que la petrolera, a sólo 200 metros de distancia.
Cinco años después, el optimismo ha dado paso al pesimismo.
Dice que no pudo conseguir ninguno de los empleos que genera el petróleo y, para sobrevivir, vende bocadillos y dulces en un puesto improvisado en la acera de su casa, desde donde se pueden ver la fachada del edificio de Exxon Mobil y las lujosas camionetas en las que transportan a sus empleados y ejecutivos.
«Los ricos se hicieron más ricos y los pobres, más pobres», dice Christine a BBC Brasil.
Christine representa otra cara de la historia reciente de Guyana.
El país de casi 800.000 habitantes y que fue colonia británica ha comenzado a atraer la atención mundial en los últimos años, porque se ha convertido en uno de los países de mayor crecimiento del mundo, impulsado por la exploración petrolera en sus costas.
Entre 2019 y 2023, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el PIB de Guyana habrá pasado de US$5.170 millones a US$14.700 millones, un salto del 184%.
Sólo en 2022, el crecimiento del PIB fue un impresionante 62%.
En la misma proporción también aumentó el PIB per cápita.
Según el Banco Mundial (BM), pasó de US$6.477 en 2019 a US$18.199 en 2022.
Este valor alcanzado por Guyana es superior al registrada por todos los países latinoamericanos con excepción de Uruguay, según cifras del BM.
El crecimiento acelerado hizo que el exministro de Economía de Brasil Paulo Guedes clasificara a Guyana como una especie de «Dubai» de Sudamérica, pero también está dejando atrás a muchos guyaneses como Christine.
Consultado por BBC Brasil, el gobierno de Guyana no respondió a las preguntas planteadas sobre la desigualdad en el país.
BBC Brasil estuvo en Guyana en diciembre de 2023 para descubrir este otro lado del boom económico.
La inflación en el papel y en la «vida real»
Uno de los efectos secundarios del crecimiento económico de Guyana que Christine más menciona es la inflación.
La cuestión se considera crucial para el gobierno debido al riesgo de que la inyección descontrolada de nuevo dinero en la economía de un país tan pequeño pueda generar hiperinflación.
Esta fue una de las razones que llevó al país a crear una especie de fondo soberano para destinar dinero procedente de los ingresos petroleros.
Los fondos se han utilizado, en gran medida, en proyectos de infraestructura como carreteras, puertos y puentes.
El FMI considera, sin embargo, que la tasa de inflación del país está bajo control y que no hay signos de sobrecalentamiento de la economía.
En 2022, la inflación promedio en el país fue de 7,2%, valor atribuido por el organismo a las fluctuaciones de los precios internacionales.
Según el gobierno de Guyana, la inflación acumulada entre julio de 2022 y julio de 2023 (datos más recientes publicados) fue del 1,2%.
«Los fundamentos (económicos) siguen siendo sólidos y todavía no hay señales de presiones inflacionarias o de sobrecalentamiento (de la economía)», dice un extracto del informe más reciente del FMI sobre la economía guyanesa, publicado en diciembre de 2023.
Pero, a pesar de que los datos oficiales indican un escenario de inflación controlada, quienes viven en Georgetown, como Christine, afirman que la llegada al país de petroleras y constructoras que trabajan para ellos ha disparado los precios de productos, como los alimentos y los alquileres.
«Guyana se ha vuelto muy cara. Por eso llaman al país el pequeño Dubái. Todo es muy caro», afirma Christine.
«A veces voy al mercado a comprar algo, pero los precios son tan altos que no puedo permitírmelo. La gente pobre no puede comprar cosas como hortalizas o vegetales», añade.
A poco más de 60 kilómetros de distancia, en la ciudad de Anna Regina, situada en la región de Esequibo, objeto de una disputa entre Venezuela y Guyana por sus reservas de petróleo, el comerciante Adrian Smith, de 42 años, también se queja de la inflación.
Durante casi dos décadas vivió en Venezuela, atraído por las mejores condiciones económicas que allí veía en ese momento.
Cuando la crisis en el país vecino se agravó, regresó a Guyana con la esperanza de beneficiarse del crecimiento económico del petróleo.
Hoy, para mantener a su familia, vende sándwiches desde un pequeño remolque ubicado en una avenida sin asfaltar.
Al igual que Christine, Adrian dice que el auge de la economía guyanesa no lo ha beneficiado.
«Un grupo de personas se queda con el dinero y el otro se queda con nada. El precio de los alimentos es realmente alto», dice Smith a BBC News Brasil.
Una funcionaria pública que pidió no divulgar su nombre, refirió otro efecto secundario del crecimiento económico del país: el aumento de los precios de los alquileres.
Según ella, con tantos extranjeros que llegan al país para trabajar, el precio se ha disparado.
Dijo que el alquiler del inmueble donde vive con su esposo ha ido subiendo año tras año a niveles que no guardan relación con su salario y que, por ello, considera regresar a vivir a la casa de sus padres.
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