La ciudadana estadounidense Brianne Dressen entabló una demanda judicial contra AstraZeneca, alegando haber quedado “permanentemente discapacitada” tras participar en un ensayo clínico de la vacuna contra el COVID-19 de la compañía. La mujer, de 42 años y ex profesora de Utah, denunció a la empresa por presunto incumplimiento de contrato, al afirmar que la empresa no proporcionó atención médica para sus efectos secundarios, tal como prometió.
Por Infobae
Este caso se cree que es el primero de su tipo en los Estados Unidos, un país donde la vacuna británica fue sometida a pruebas clínicas, pero nunca recibió aprobación para su uso.
Brianne Dressen aseguró que desarrolló una afección neurológica grave tras su participación en el ensayo de la vacuna en 2020. “Este asunto me sacó de mi trabajo – sigo siendo permanentemente discapacitada”, afirmó Dressen a The Telegraph. Después de ser hospitalizada en varias ocasiones tras su vacunación, contó haber acumulado miles de dólares en facturas médicas. Según la mujer, AstraZeneca no cubrió el costo de su atención médica como se había comprometido.
El diagnóstico de “neuropatía post-vacuna” le fue conferido a la denunciante por neurólogos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) en 2021, identificando su condición como parestesia, una afección caracterizada por la irritación de los nervios y la experimentación de sensaciones de hormigueo y entumecimiento. Dressen es también co-presidenta de React19, un grupo de interés para personas que alegan haber sido lesionadas por vacunas contra el COVID-19.
Según Bloomberg, la demanda acusa a AstraZeneca de no cumplir con sus obligaciones contractuales de cubrir los gastos médicos por las lesiones sufridas debido a la vacuna.
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