En las mujeres, por lo general, recaen un conjunto de responsabilidades en tres dimensiones: la del hogar, la laboral y la comunitaria.
Por Graciela de los Angeles Portillo / Radio Fe y Alegría Noticias
Cuando se combinan las tres y, además se agrega la condición de ser madres, se crean condiciones desiguales para las mujeres frente a los hombres, debido a los roles de género que se imponen al nacer y que las condicionan para cumplir el rol de cuidadoras, explicó Nancy Bello, representante de la organización Mujeres por los Derechos.
En el contexto venezolano, dicho rol es más complejo por la Emergencia Humanitaria Compleja que atraviesa el país y que ha sido denunciada por diversas organizaciones de Derechos Humanos, a lo que se le suman los precarios salarios y la deficiencia en los servicios públicos como una lista de preocupaciones que deben ahora asumir las madres venezolanas.
En la publicación más reciente de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) se reseña que en el 47% de los hogares venezolanos la responsabilidad del hogar recae sobre la mujer. “Entonces imagínate lo que significa, además, que están solas, proveer los medios económicos suficientes y necesarios para garantizar el desarrollo pleno de sus niños, niñas y adolescentes”, remarcó Bello en entrevista para el programa Háblame Bajito de Radio Fe y Alegría Noticias.
“Las mujeres tienen triple jornada. Primero las que trabajan en la calle; luego la jornada de la casa que es interminable; pero además la tercera jornada es la comunitaria, que es bien importante destacar, porque la mayoría de los programas estatales recaen sobre las mujeres de la comunidad”, añadió.
Asimismo, precisó que la participación de mujeres en asuntos públicos no quiere decir que posean el liderazgo, porque normalmente lo tienen los hombres.
En este contexto se destaca que el tiempo que deberían tener las mujeres para estudiar y descansar va en disminución; incluso, una situación que afecta a las niñas y las adolescentes es el hecho de que se les asigna el rol de cuidar, por ejemplo, a sus hermanos.
“Ser madres no es un cuento de hadas, porque tenemos que decir que la maternidad se ha romantizado y normalizado con los roles de cuidado, por los estereotipos de género que nos coloca en un rol de cuidadoras, y sobre la madre recae todo el tema del cuidado familiar y comunitario, lo que genera un gran impacto en la vida”, afirmó.
Ser madre en Venezuela
Nancy Bello, también psicóloga, explicó que desde el punto de vista económico, basta con mirar la carga mental que debe tener una madre para procurar tener la canasta básica alimentaria que hasta el mes de diciembre se encontraba en más de 500 dólares, según cálculos realizados por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros.
“Además de la alimentación, también la madre venezolana debe cubrir los gastos de salud, educación, pagar vivienda, en el caso de las que no tienen vivienda propia”, agregó.
Esto considerando que, en el actual sistema de salud, “hay que llevar hasta el agua porque es un sistema muy precarizado y lo que presta es el servicio de los médicos y las médicas, pero el resto, como los insumos, lo tiene que llevar la familia”.
“Si una mujer embarazada asiste al sistema de salud para los controles, primero el acceso es limitado, y segundo está el tema de los suplementos para la mujer embarazada, como son el calcio, el ácido fólico, el complejo B y el hierro, tan necesario para la vida que están formando, pero también para que no sea en decremento de salud. Vemos mujeres lactantes delgadísimas”, lamentó.
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