El secretario general de la ONU, António Guterres, «sufrió mucho» al tomar la «difícil» decisión de recibir la dosis de refuerzo contra la covid-19, algo a lo que se había resistido ante la «horrenda» situación global de las vacunas y en solidaridad con los países de África, señaló este jueves su portavoz.
EFE
«Es plenamente consciente del simbolismo del secretario general poniéndose una tercera dosis mientras la situación global de las vacunas es tan horrenda como es», dijo Stéphane Dujarric, portavoz de Guterres, quien recibió el refuerzo el pasado viernes.
Este miércoles, en una rueda de prensa conjunta con el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, el jefe de la ONU clamó contra el hecho de que solo un 6 % de la población africana haya tenido acceso completo a las vacunas, cuando gran parte del mundo multiplica ese porcentaje al menos por diez, y pidió una estrategia para producirlas en ese continente.
Guterres ha manifestado, además, su preocupación por «el aislamiento» de los países del sur de África ante las nuevas restricciones de viaje impuestas por la aparición de la variante ómicron.
Guterres, de 72 años, estuvo bajo presión de su familia y sus médicos para que se pusiera la tercera dosis antes de que se celebrara la Asamblea General de la ONU, en septiembre, y previo a la cumbre climática de Glasgow, pero él seguía resistiéndose a hacerlo, recordó su portavoz.
También destacó que Guterres ha estado viajando y que debe realizar varias visitas en las próximas semanas, por lo que decidió, debido a su edad y responsabilidades de su cargo, que lo «más responsable» sería ponerse el refuerzo.
«Puedo decirte que realmente … sufrió mucho por tomar esa decisión», aseguró Dujarric.
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