Decenas de camioneros y simpatizantes iniciaron el miércoles en California una caravana que tiene previsto atravesar Estados Unidos en protesta por las medidas restrictivas contra la pandemia.
AFP
Gritando consignas contra las medidas sanitarias, los camioneros comenzaron la movilización en Adelanto, en el sur de California.
Deben recorrer más de 4.000 kilómetros hasta llegar el 5 de marzo al Distrito Capital.
«Es hora de reabrir el país», afirmaron en un comunicado los organizadores de la «Caravana del Pueblo», inspirada en la movilización que paralizó recientemente la capital de Canadá.
Al comienzo de la tarde, la caravana alcanzó la ciudad de Barstow, a unos 60 kilómetros, en donde algunos vecinos ondearon banderas estadounidenses y aplaudieron a los conductores que bocinaban a su paso.
«La base de Estados Unidos es la libertad», dijo Leslie, una simpatizante que saludó a la caravana desde un puente.
A su lado, una bandera pedía «Arresten a [Anthony] Fauci», el doctor referente de la Casa Blanca en materia de covid.
Aunque afirmaron que se trataba de un movimiento apartidista, abundaban las consignas pro-Donald Trump.
De forma similar, los cientos de personas que se congregaron en el estacionamiento del estadio de Adelanto en la mañana para despedir a los conductores portaban pancartas cuestionando la victoria del presidente demócrata Joe Biden, enunciaban teorías conspiratorias sobre el origen del covid-19 y calificaban la respuesta del gobierno federal de «ataque a la libertad».
«¡Enciérrenlos en la cárcel!», gritó la multitud durante uno de los discursos, refiriéndose a las autoridades sanitarias que implementaron medidas para frenar la propagación del virus, como la inmunización, el uso de mascarillas y el distanciamiento social.
«Las vacunas fallaron»
Paul Alexander, asesor en salud durante la gestión del exmandatario Donald Trump, y quien favorecía la inmunización de rebaño para enfrentar la pandemia, afirmó que «las vacunas fallaron», a pesar de que su efectividad y seguridad ha sido probadas por la comunidad científica internacional como la principal alternativa para evitar muertes o infecciones más agresivas.
El coronavirus ha dejado casi un millón de muertos sólo en Estados Unidos, en donde las vacunas están ampliamente disponibles de forma gratuita. Pero algunos sectores de la derecha les restan mérito, alimentando teorías conspirativas y la desconfianza de sus seguidores.
Además de esta caravana, que prometió llegar sólo a los alrededores de Washington, y no al centro de poder de Estados Unidos, el portal «Gran Proyecto Patriota Estadounidense» anunció que saldrán varias rutas durante la primera semana de marzo con el mismo destino.
Los organizadores, que recaudaron casi medio millón de dólares para financiar la marcha, exhortaron a los manifestantes a actuar «pacíficamente»; sin embargo, las autoridades anunciaron medidas para reforzar la seguridad en Washington, en donde aún está fresco el recuerdo de lo ocurrido el 6 de enero de 2021, cuando simpatizantes de Trump invadieron el Capitolio para intentar impedir la certificación de la elección de su rival.
El Pentágono aprobó el envío de 700 guardias nacionales desarmados, y las fuerzas de seguridad locales solicitaron refuerzos, informó su portavoz, John Kirby, en un comunicado.
«Volvamos a lo normal»
Seguidor de Donald Trump, Shane Class viajó desde Idaho, a 1.300 kilómetros de distancia, para participar en la caravana, y dijo que espera llegar hasta Washington junto con su esposa y protestar «pacíficamente».
«Creo que todos estamos aquí por un motivo diferente, pero se resume en la misma cosa: Libertad», dijo Class, de 48 años, quien escribió en su carro «Legalicen la libertad».
«Volvamos a lo normal», pidió por su parte Bryan Brase, uno de los camioneros al frente de la caravana.
«Estamos protestando (contra) los estados de emergencia que se han decretado y esperamos terminar con todos los decretos de mascarillas y vacunación para empleados federales y trabajadores de la salud», agregó.
«Para mí es por el decreto de las vacunas, pero es mayor que eso», dijo una enfermera de Los Ángeles que no quiso ser identificada.
«No puedo trabajar en mi centro de salud sin presentar una excepción religiosa [para no ser vacunada]», agregó la joven que viajó dos horas hasta Adelanto junto a su marido.
«Estoy aquí con (la) intención de protestar pacíficamente, pero entiendo que donde quiera que la gente se alza, habrá una respuesta del gobierno. Y esta puede ser nuestra última chance de protestar», denunció la enfermera que llevaba las banderas de Estados Unidos y Canadá en la parte trasera de su carro.
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