Unas 500 personas fueron desalojadas durante la pasada noche de una fiesta ilegal en Marsella (sudeste de Francia), la mayoría sin mascarilla, mientras el país sigue limitado por las medidas de confinamiento y las autoridades sanitarias registran más de 13.000 contagios diarios.
EFE
La prefectura de policía del departamento Bouches-du-Rhône, cuya capital es Marsella, indicó este domingo en Twitter que los participantes fueron desalojados y la policía intervino además para poner multas.
«Una investigación está en marcha para identificar a los propietarios y organizadores que tendrán que responder por sus actos», indicó el mensaje.
El diario regional La Provence, que adelantó la noticia, señaló que la mayoría de invitados iba sin mascarilla y que la entrada al evento costaba 150 euros para dos personas, con una botella de alcohol incluida en el precio.
La fiesta duró varias horas, desde medianoche hasta las 04:00 hora local.
El secretario departamental del sindicato policial Alliance Police Nationale, Rudy Manna, explicó por su parte en la cadena BFM TV que la sala tenía capacidad para entre 150 y 200 invitados.
La Policía interpuso «numerosas multas» de 135 euros por romper las medidas del confinamiento, y requisó bebidas alcohólicas y estupefacientes.
El propietario de la sala asegura que había pedido a los arrendatarios que no hicieran fiestas.
«Han asumido el riesgo, pero no sé si lo van a pagar», dijo en una entrevista, conservando el anonimato.
La Justicia ha abierto una investigación por conducta imprudente al poner en peligro la vida de los demás, según La Provence.
Las fiestas clandestinas se han multiplicado en Francia durante este segundo confinamiento, que entró en vigor el pasado 30 de octubre y será sustituido el martes por un toque de queda nocturno entre las 20.00 y las 06.00 horas.
Las fuerzas del orden y las llamadas patrullas Covid han intervenido en otros eventos que han llegado a reunir entre 300 y 500 invitados en espacios cerrados.
El Gobierno tuvo que dar marcha atrás esta semana en ciertas medidas previstas para la desescalada del confinamiento esta semana, como la reapertura de salas de espectáculos y museos, retrasada hasta enero, un avance del toque de queda que debía comenzar a las 21.00 hora local y el mantenimiento de esta limitación el 31 de diciembre.
El argumento del Ejecutivo es que no se ha logrado el objetivo de bajar hasta los 5.000 contagios diarios, cifra que permitiría recuperar el control de la pandemia.
Este sábado, las autoridades sanitarias comunicaron 13.947 nuevos positivos, con lo que el total de contagios desde marzo subió hasta 2.365.319.
Además, 199 murieron del viernes al sábado, y la cifra de fallecidos desde el inicio de la pandemia se encuentra en 57.761.
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