Más de 1,3 millones de personas en siete comunas de Santiago están bajo cuarentena total desde la noche del jueves bajo un estricto operativo de control policial y militar, para frenar la expansión del coronavirus que ya causó 1.306 infectados y cuatro muertos en Chile.
AFP
Las calles de las comunas de Santiago Centro, Lo Barnechea, Las Condes, Vitacura, Providencia, Ñuñoa e Independencia poco a poco se fueron quedando en silencio desde las 22H00 hora local (01H00 GMT) cuando comenzó la cuarentena que durará siete días bajo un estricto control policial y militar en 18 puntos de estas zonas con el fin de evitar la propagación del virus y la circulación de contagiados.
«Adoptamos procedimientos con mascarillas, guantes y tratando de no tener tanto contacto con las personas. Son controladas a través de una base de datos de los contagiados con coronavirus que nos entregó el Ministerio de Salud y que nos entrega una alarma», dijo Enrique Monrás, general de Carabineros (Policía Uniformada) a medios locales.
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Las siete comunas quedaron desiertas en contraste a la aglomeración de personas –en su mayoría con mascarillas- que se registraron horas antes del inicio del confinamiento en supermercados, farmacias y locales de servicios públicos, apuradas por hacer compras o trámites.
Los más de 1,3 millones de habitantes de estas comunas de Santiago –cuya población total es de siete millones- se congregaron temprano fuera de las tiendas. El ingreso se realizaba por grupos con prioridad para los ancianos.
«La fila es enorme, es para horas y horas», dijo a la AFP María, una mujer de 65 años, quien llegó al supermercado para abastecerse, preocupada, como otros a su alrededor, por quedarse sin alimentos.
«Tenemos miedo no solo de quedarnos sin alimentos, sino de que las reglas de la cuarentena cambien y no nos dejen salir», afirmó por su parte Alberto Sierra, un venezolano de 38 años.
Las filas se repetían en verdulerías y pequeñas tiendas de los barrios, pero también en oficinas públicas.
El gobierno manifestó su preocupación por estos amontonamiento, por lo que durante la cuarentena solo se podrá salir con un permiso que puede obtenerse en línea, únicamente para ir a comprar o al médico.
«Estoy sacando este permiso, la organización me parece un caos, pero no hay otra forma. Pareciera que a la gente le tienen que dar órdenes y con medidas drásticas es la única forma de que obedezcan», se quejó Clara, una abogada de 42 años, que hacía una fila larga y ordenada para obtener el permiso de forma presencial en la municipalidad de Vitacura.
El gobierno chileno también estableció controles sanitarios en los ingresos a Santiago. Están exentos de esta medida los servicios de salud, urgencias, servicios básicos y públicos.
AFP
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