El paso de los meses nos ha permitido conocer mejor de qué forma actúa el Covid-19 en el cuerpo humano. Por un lado, están las secuelas apenas imperceptibles, y por el otro, el daño extremo que se ha visto en algunos casos.
Cerca de un año después de que se declarara la pandemia, el conjunto de autopsias de cientos de casos han revelado muchos más detalles mostrando que, además de causar estragos en el sistema respiratorio, también lo hace en el tejido cerebral en ocasiones.
Según ha explicado el médico y director clínico del Instituto Nacional de Salud (NIH), Avindra Nath:
«Estábamos completamente sorprendidos. Al principio, esperábamos ver daños causados por la falta de oxígeno. En cambio, vimos áreas multifocales de daño que generalmente se asocian con accidentes cerebrovasculares y enfermedades neuroinflamatorias».
Nath cuenta que un grupo de investigadores del NIH realizaron exámenes de los tejidos cerebrales de 19 pacientes fallecidos. Tenían entre 5 y 73 años y la mayoría contaba con factores de riesgo de coronavirus severo, incluida diabetes y enfermedades cardiovasculares.
El estudio encontró que 10 de los pacientes tenían anomalías cerebrales. Un examen más minucioso bajo un microscopio reveló hiperintensidades, puntos brillantes en la imagen de la micrografía de las muestras de cerebro, que la propia microscopía fluorescente mostró que era fibrinógeno (una proteína de la sangre) filtrado.
Además, también había áreas oscuras de sangrado coagulado. Esto llevó a los investigadores a concluir que los pacientes habían experimentado múltiples mini hemorragias cerebrales, un tipo de daño generalmente asociado con la inflamación en el cerebro. Según Nath:
«Los vasos sanguíneos muy pequeños del cerebro tenían fugas. Y no fue uniforme, encontraría un pequeño vaso sanguíneo aquí y un pequeño vaso sanguíneo allá.
Hasta ahora, nuestros resultados sugieren que el daño que vimos puede no haber sido causado por el virus SARS-CoV-2 que infecta directamente el cerebro, sin embargo, el daño puede deberse a la respuesta inflamatoria del cuerpo al virus».
Unos resultados que se alinean con otras pruebas de EEG que han revelado encefalopatía en pacientes con COVID-19, alteraciones en la actividad eléctrica típica del cerebro que pueden significar hinchazón e inflamación, o con otros estudios que muestran que el virus puede desencadenar otras respuestas inmunes peligrosas que, en algunos casos, causan incluso más daño que el virus en sí mismo.
Con información de New England Journal of Medicine vía ScienceAlert
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