El independiente Observatorio Ciudadano COVID-19 de Nicaragua informó este sábado que, según sus registros, 2.951 personas han fallecido en el país con síntomas del coronavirus o por neumonía, incluidas cuatro en la última semana.
EFE
La entidad, una red de médicos y voluntarios de todo el país centroamericano, también reportó 12.716 casos sospechosos de la enfermedad hasta el miércoles pasado, una cifra superior a los registros brindados por el Ministerio de Salud nicaragüense.
Hasta el martes pasado, las autoridades de Salud reportaban 6.299 casos confirmados y 170 fallecidos.
El régimen que preside el sandinista Daniel Ortega no ha precisado el número de pruebas que ha realizado y se ha limitado a informar la cifra de casos confirmados, las muertes y recuperados.
Asimismo, el observatorio alertó que 871 trabajadores de la salud han sido reportados con sintomatología asociada o presuntiva de la covid-19, entre ellos 115 que han fallecido.
En su informe, el Observatorio se refirió al inicio del año escolar en Nicaragua, que continuó en su modalidad presencial, y al tema de las vacunas.
«Esta semana destaca como evento clave en el país la apertura del año escolar. Esto trae consigo la obligación de que las familias tomen decisiones informadas sobre su riesgo personal y colectivo», sugirió.
Asimismo, el ente dijo que espera que el Ministerio de Salud cumpla con garantizar todos los criterios técnicos para la adecuada administración de la vacuna.
Nicaragua ha autorizado el uso de la vacuna Sputnik V, de Rusia, y la Covishield, fabricada en la India, como método para enfrentar la pandemia.
Según ha informado el régimen, Nicaragua cuenta con 107 millones de dólares para comprar vacunas contra la covid-19.
Las autoridades han prometido que, con el apoyo del mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que suministra el medicamento a países pobres, garantizará dosis de vacunas para los 6,5 millones de habitantes.
El Ejecutivo ha sido criticado desde diversos sectores por promover eventos masivos y aglomeraciones a contracorriente de las recomendaciones de la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y por no haber suspendido las clases presenciales en medio de la pandemia y apenas establecer restricciones.
Ortega se ha declarado en contra de la campaña «Quédate en casa» porque, a su juicio, destruiría la economía local, que se ha contraído desde 2018 y que es mayoritariamente informal.
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