Organizaciones defensoras de derechos humanos internacionales y brasileñas condenaron este miércoles la postura del presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, de exigir que las medidas de confinamiento social para evitar la propagación del coronavirus se restrinjan a los ancianos y enfermos.
EFE
En una alocución televisiva transmitida el martes en la noche, el mandatario brasileño indicó que no hay razón para confinar a toda la población por lo que denominó «una gripita».
El discurso del líder ultraderechista estuvo a contramano de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y fue repudiado por organizaciones de la sociedad civil como Amnistía Internacional (AI), que insistió en que la salud y la vida son derechos fundamentales y que es deber del Gobierno garantizar la protección de todos los habitantes del país.
«El Estado brasileño tiene la obligación de garantizar la protección necesaria para todos y cada uno de nosotros, sin que nadie se quede atrás. Depende de los jefes de los poderes ejecutivo federal, regional y municipal y otros poderes adoptar todas las medidas a su alcance para proteger a todos y cada uno de los brasileños, respetando los derechos humanos», señaló AI, en un comunicado divulgado este miércoles.
Otras organizaciones como Oxfam y Conectas, incluidas en un grupo de medio centenar de instituciones defensoras de derechos humanos en su mayoría brasileñas firmantes de una declaración conjunta, también repudiaron el mensaje de Bolsonaro, el cual calificaron de «inconsecuente e inaceptable».
Según las ONG, el mensaje del mandatario brasileño evidencia el «tono autoritario» con el que acostumbra gobernar, «sin aceptar contradicciones ni contar con la cooperación del Congreso, el sistema de justicia, la prensa libre y la sociedad civil organizada».
«En lugar de honrar la responsabilidad de liderar el país en este momento crítico, el jefe del Ejecutivo decidió ignorar la ciencia, las recomendaciones de los órganos internacionales de salud y las autoridades sanitarias de su propio Gobierno, poniendo las vidas de millones de brasileños en riesgo y socavando los esfuerzos de los países de todo el mundo para abordar la pandemia de la COVID-19», puntuó el mensaje divulgado hoy por la plataforma Pacto por la Democracia.
Todas las organizaciones exigieron a las autoridades mantener las pautas de confinamiento social, seguir las recomendaciones de la OMS y utilizar todos los recursos necesarios para evitar la propagación del virus.
Este miércoles Bolsonaro volvió a menospreciar el avance de la pandemia de coronavirus en el país y exigió que las medidas de confinamiento social se restrinjan a los ancianos y enfermos, en medio de las críticas de casi todos los sectores políticos.
«Vamos a poner al pueblo a trabajar, a preservar a los ancianos, a los que tienen problemas de salud. En caso contrario, lo que sucedió en Chile, va a ser poco con lo que sucederá en Brasil», agregó hoy Bolsonaro.
Según el mandatario, hay que evitar medidas radicales -como la cuarentena- porque es necesario mantener la economía brasileña a flote y preservar los empleos.
Por ello, Bolsonaro defendió el confinamiento tan sólo para aquellas personas mayores de 60 años o con problemas de salud, consideradas como grupos de riesgo, y minimizó las consecuencias del virus, el cual ya ha dejado al menos 57 muertos y 2.433 casos confirmados.
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