Todos los países de la UE, menos Rumanía, entran en fase de riesgo alto y máximo, según el mapa epidemiológico publicado por el ECDC la víspera del último día del año.
La segunda Nochevieja desde que estalló la pandemia se anuncia en Europa mucho menos sombría y mortífera que la primera, pero tremendamente desconcertante. El año 2020 dejó un rayo de esperanza tras el inicio de las campañas de vacunación el 27 de diciembre a pesar de que las ratios de muertes seguían siendo muy elevados. El final de 2021, en cambio, termina con la mitad de la mortalidad en la mayoría de los países, pero con una explosión de la incidencia de casos provocada por la variante ómicron. La nueva ola ha llevado a restricciones generalizadas que en muchos países europeos incluyen la cancelación de los actos previstos para una Nochevieja que se esperaba casi normal.
El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha actualizado este jueves su mapa de riesgo y todos los países de la UE, salvo Rumanía, se encuentran en rojo o rojo oscuro, es decir, los colores que identifican un ritmo de contagio de más de 200 o 500 casos, respectivamente, por cada 100.000 habitantes. La mayoría de los gobiernos se han visto abocados a adoptar nuevas medidas de control.
La suspensión de los mercados de Navidad o de actos culturales y festivos augura una noche muy apagada para este 31 de diciembre en la mayor parte de Europa. Bruselas, París, Londres, Roma o Varsovia, entre otras capitales, han cancelado los tradicionales conciertos y fuegos artificiales. Y casi todos los países europeos han endurecido las restricciones en la última semana del año después de que el número de contagios haya alcanzado las cifras más altas desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020.
“Es mejor cancelar y celebrar después que celebrar y afligirse más tarde”, recomendaba a principios de esta semana el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghbreyesus.
La sacudida de ómicron ha cogido a las autoridades sanitarias con la guardia baja. Con casi el 80% de la población adulta de la UE vacunada y en algunos países más del 90%, el final de 2021 parecía llamado a marcar un punto de inflexión favorable en la lucha contra el virus. La propia Comisión Europea aprobó el 25 de noviembre un proyecto de recomendación para relajar de forma generalizada después de Navidad las medidas de vigilancia aplicables a las personas vacunadas y concentrar las restricciones, test y cuarentenas en las no vacunadas.
Pero solo unos días después se identificaba la variante ómicron. Y el 1 de diciembre la Comisión aprobaba otra comunicación en la que pedía a los Estados planes de contingencia ante la llegada de la nueva variante y la aplicación de pruebas PCR, si fuera necesario, para movimientos intracomunitarios. Los planes de relajación, previstos para el 10 de enero, han quedado de momento aparcados ante el deterioro de la situación epidemiológica.
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.