Las principales pandillas de El Salvador ordenaron a los pobladores de la zonas que controlan respetar la cuarentena implementada por el Gobierno para contener el COVID-19 bajo amenazas de muerte, según información difundida este martes por dos medios locales.
EFE
Se trata de la Mara Salvatrucha (MS13) y de las facciones Sureños y Revolucionarios del Barrio 18, que tienen entre sus filas a unas 60.000 personas, según estimaciones oficiales.
De acuerdo con el periódico digital El Faro, «las principales pandillas salvadoreñas han reaccionado a la emergencia nacional por el coronavirus con una amenaza» y «han decidido imponer por la fuerza un ‘toque de queda’, como ellas mismas lo han llamado».
El Faro apuntó que un líder nacional de la MS13 declaró que «su organización decidió el lunes 30 de marzo imponer la prohibición de permanecer en espacios públicos, bajo la amenaza de recibir una golpiza o ser asesinados por los pandilleros».
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Esto también implica establecer horarios para que las «tiendas al interior de las comunidades puedan vender y que sólo se le permitirá a un miembro de cada familia realizar las compras», medida adoptada también por el Barrio 18 en las zonas que controla.
Estas acciones, asegura el citado periódico, implica «una coordinación entre las tres estructuras delictivas y que su aplicación será a nivel nacional».
«Es una decisión de Barrio, o sea de toda la pandilla, es general. Todos los corredores y palabreros (líderes locales) ya lo saben. En algunos lugares ya se están aplicando las medidas, a algunos cuerudos (necios) ya se les tuvo que pegar un coscorrón», dijo al medio un líder de la MS13.
El medio añadió que «los miembros de las tres estructuras delictivas aseguraron a El Faro que la decisión es en pro de apoyar las medidas tomadas por el Gobierno»
Una de las supuestas razones para adoptar estas medida es la posibilidad de que «ningún hospital destinará un respirador para un pandillero» si el virus se propaga sin control en el país y otra es que buscan evitar un aumento de la presencia policial en sus barrios.
Por su parte, el Diario de Hoy (EDH) publicó en su página elsalvador.com que desde la tarde del lunes circulan grabaciones y mensajes en WhatsApp que hacen eco de las medidas.
«La verdad estamos viendo que este asunto ya se le salió de las manos al presidente», se dice en una de las grabaciones que circulaba entre habitantes de las centrales localidades de Soyapango e Ilopango.
De acuerdo con EDH, las amenazas se dieron horas después de que miles de salvadoreños rompieron la cuarentena para buscar información y cobrar un bono alimenticio de 300 dólares prometido por el Gobierno en varias ciudades.
El secretario de Prensa de la Presidencia, Ernesto Sanabria, criticó al medio desde su cuenta de Twitter y aseguró que estos «chambres» (bulos) son para «atacar» al Gobierno.
Añadió que también dan «legitimidad a las pandillas» y que es «algo muy peligroso».
Varios periodistas han solicitado al Gobierno y a la Fiscalía General de la República una postura oficial sobre estas afirmaciones, sin que hasta el momento hayan respondido.
El Salvador registra en marzo una sensible reducción de homicidios en medio de la emergencia por la pandemia de COVID-19, situación catalogada como «histórica» por las autoridades pero que, según una experta en derechos humanos consultada recientemente por Efe, es «natural» en el contexto actual.
El Salvador es considerado uno de los países más violentos del mundo por las altas tasas de homicidios, que superan por mucho el índice considerado a nivel internacional como epidemia, atribuidas principalmente a las pandillas.
El Salvador registró este martes su primer fallecido por coronavirus y se han confirmado 32 casos de la enfermedad, según informó el presidente Nayib Bukele.
EFE
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