Valencia. En medio de la cuarentena por COVID-19, dos pacientes renales en el estado Carabobo perdieron la vida, porque no pudieron asistir a la diálisis por no contar con combustible. Uno falleció a consecuencia de un paro cardíaco, y a la otra se le llenaron los pulmones de líquido, lo que devino en una insuficiencia respiratoria.
Por Leomara Cárdenas / Crónica Uno
La información fue suministrada por Mario de Sousa, paciente renal de la Unidad de Diálisis de Naguanagua, quien también precisó que en el estado Carabobo hay 800 pacientes que necesitan diálisis, de los cuales 300 no se benefician de la Ruta del Riñón establecida por el gobernador Rafael Lacava desde abril del año en curso.
En el estado Monagas falleció el 15 de mayo la joven Yaleidys López, de 18 años de edad, al no poder llegar a tiempo al hospital Central de Maturín, debido a que los vehículos oficiales no tenían combustible y el vehículo particular en que la trasladaron no pudo cubrir el trayecto completo porque se quedó accidentado por falta de gasolina.
Un grupo de pacientes renales acudió este lunes 18 de mayo a la Zodi Carabobo para pedir a las autoridades castrenses que les asignen una estación de servicio y que se acabe con las “mafias” que se generan en las colas para abastecer combustible, por lo que hicieron entrega de una lista que detalla el nombre del paciente, el modelo del vehículo y la placa, de tal manera que no puedan falsificar los informes médicos.
Mario De Sousa que es paciente renal desde hace siete años y desde hace cuatro meses se dializa tres días a la semana, señaló que en la estación Guaparo, ubicada en la avenida Bolívar norte de Valencia, al principio podía cargar combustible. Atendían a 30 pacientes diarios. De la noche a la mañana, notó que la cola de pacientes renales crecía en cantidad de vehículos. La razón: falsificaban informes y cobraban por guardar puestos en la cola. Los vecinos de Mañonguito se apoderaron de las colas”.
También reveló que un paciente renal no puede durar más de 24 horas en fila, porque la diálisis se realiza cada día por medio.
De Sousa señaló en que las personas que necesitan ser dializadas no están censadas ni organizadas por zona residencial y centro de salud cercano. Citó como ejemplo su caso, residen en el municipio San Diego y realiza su tratamiento en el municipio Naguanagua, por ello, no puede beneficiarse de la Ruta del Riñón. La falta de combustible ha llevado a los pacientes renales a hacer transporte a los trabajadores de la salud.
Otro contratiempo, que se les presenta es la ineficiencia de los servicios públicos. Cada vez que necesitan agua potable deben tener dos litros de gasolina para poder hacer el bombeo de agua desde la cisterna hasta los tanques del centro de salud. Las fallas eléctricas no se quedan atrás, de cuatro centros de diálisis, tres cuentan con planta eléctrica, pero los pacientes deben proveer gasoil para dar arranque y contar con electricidad.
Si los pacientes renales no realizan las diálisis, empiezan a retener líquidos en el cuerpo, lo que puede generar infartos e insuficiencia respiratoria.
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