Sao Paulo anunció este viernes la reapertura de sus comercios y la autorización de servicios religiosos presenciales a partir del domingo, a pesar de que el número diario de muertes por covid-19 permanece elevado en todo Brasil.
AFP
El estado más poblado de Brasil, con 46 millones de habitantes, entrará en una «fase de transición», que prevé también la reapertura de restaurantes, salones de belleza, cines y teatros a partir del 24 de abril.
Desde el domingo las tiendas podrán abrir entre las 11h00 y las 19H00 al 25% de su capacidad.
La prohibición de permanecer en las calles entre las 20H00 y las 05H00 se mantiene.
Las misas y otros servicios religiosos se podrán celebrar en iglesias y templos, aunque con un número limitado de fieles para poder respetar la distancia.
«Si fuese posible encerrarnos todos en casa durante tres semanas, podríamos prácticamente interrumpir la transmisión del virus. Pero vivimos en el mundo real», afirmó Paulo Menezes, coordinador del Centro de Contingencia de Covid de Sao Paulo.
Pero para el investigador Domingos Alves, especialista en análisis de datos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo (USP), se trata de una flexibilización «absurda».
«Es lamentable que se anuncie una reapertura cuando todo indica que la próxima semana o la siguiente faltarán insumos para intubar pacientes», señala.
En Rio de Janeiro, los restaurantes volvieron a abrir la semana pasada.
Este viernes, las autoridades anunciaron que extenderán las escasas medidas que todavía rigen, entre ellas la que prohíbe permanecer en la playa tomando sol, sin estar practicando ningún deporte.
A pesar de una caída reciente en el número de internaciones, la alcaldía recomendó a sus habitantes redoblar los cuidados. «No es el momento de relajarse», dijeron.
El alcalde de Rio, Eduardo Paes, fue diagnosticado con covid-19 este jueves, casi un año después de una primera infección asintomática. Paes presentó síntomas gripales y permanecerá aislado en su casa.
Brasil es el segundo país con mayor número absoluto de muertos, 368.000, después de Estados Unidos.
Solo en marzo, el gigante sudamericano registró 66.000 decesos, el mes más letal desde el inicio de la pandemia.
Y la semana pasada batió nuevos récords al registrar en dos ocasiones más de 4.000 muertos en un solo día.
Esa situación no se ha vuelto a repetir esta semana: el promedio móvil (que toma en cuenta los últimos siete días) volvió a caer por debajo de los 3.000 decesos diarios este jueves, por primera vez desde el 9 de abril.
Según Domingos Alves se requieren al menos tres semanas de reducción sostenida para identificar un cambio de tendencia.
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