Neymar padre pasó de la perplejidad a la resignación. La comunicación fue en portugués y Luis Campos, el nuevo director deportivo del París Saint-Germain (PSG), le comunicó hace apenas unas horas que su hijo, en su momento la contratación más cara de la historia del club, no será tenido en cuenta para la próxima temporada en el plantel principal.
Por Neymar no solo el PSG pagó 222 millones de euros (número dispuesto por el entonces director de Fútbol del Barcelona, Raúl Sanlehí, creyente en las cábalas) en 2017, sino que tuvo que depositar la totalidad de la cláusula de rescisión en la sede de la Federación Española porque el club catalán no deseaba transferirlo, luego de una guerra de nervios de varios días que incluyó una famosa frase voluntarista de su entonces compañero Gerard Piqué en las redes sociales: “Se queda”.
De nada valieron entonces lo ruegos de sus amigos Lionel Messi y Luis Suárez, con los que compuso el famoso Tridente con el que el Barcelona ganó la Champions League de 2015 en Berlín con Luis Enrique en el banco de suplentes y que sirvió para que un Josep María Bartomeu ganara las elecciones en el club pese a los cuestionamientos a su gestión.
Neymar fue subyugado por los petrodólares qataríes que siguen sosteniendo al PSG al punto de que Javier Tebas, presidente de la Liga Española de Fútbol (LPF) acaba de iniciarle un juicio al club parisino porque supuestamente no acata el reglamento del Fair Play Financiero de la UEFA y sigue contratando jugadores pese a no desprenderse de las figuras.
Pero no solo el dinero pesó en la salida de Neymar del Barcelona al PSG sino la idea de que la sombra de Messi se proyectaba sobre su crecimiento y que al lado del crack argentino jamás alcanzaría el Balón de Oro como mejor jugador del mundo, y que, en cambio, siendo la imagen de Qatar en el próximo Mundial 2022, las cosas serían de otro modo.
Pero nada fue como pensó y en cinco temporadas, el club invirtió fortunas en estrellas pero por distintas razones, nunca pudo ganar una Champions League, ni siquiera cuando al comenzar la pasada campaña, llegaron su amigo Messi y Sergio Ramos para complementar el ascenso de Kylian Mbappé. De hecho, entre el francés y el argentino, al brasileño de 30 años le quedó poco resquicio para funcionar y tampoco pudo nunca alcanzar la regularidad, con permanentes lesiones y suspensiones.
Si en el final de la actual temporada rindió en buen nivel, Neymar sólo había jugado, hasta enero de 2022, 130 partidos de los 245 de su equipo. De fiesta permanente, de los cincuenta partidos de la pasada temporada, jugó 28, apenas poco más de la mitad.
Aún así, la salida de Neymar del PSG puede leerse en clave del ascenso de Mbappé. Todo comenzó a fraguarse entre el jueves 19 y el viernes 20 de mayo, cuando por fin, los dos enviados del presidente del PSG, Nasser Al-Khelaïfi, Luis Campos y el argentino Luis Ferrer –cercano a su familia y quien lo hizo socio de Sarmiento de Junín- lo convencieron de que no vaya al Real Madrid (que en el monto total, le pagaba más) luego de dos meses infernales en los que el joven delantero sufrió toda clase de presiones, como los llamados del ex presidente francés Nikolás Sarkozy, y del actual, Emmanuel Macron, para que se quedara.
“Presidente, gracias por todo pero decidí quedarme en el PSG”, le escribió escuetamente Mbappé al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, quien le respondió “que te vaya bien”, sorprendido, luego de haberse apartado de la lucha por conseguir al noruego Erling Haaland para apostar todo por el francés, que era presentado a toda pompa el sábado 21 de mayo en el Parque de los Príncipes en ocasión del partido de liga del PSG.
Claro que el acuerdo al que llegó Mbappé con el PSG no fue sólo económico. El joven futbolista, que además habla perfecto español y que tiene un extraño equilibrio al punto de que Jorge Valdano comentó que cuando pudo dialogar con él “parecía un tipo de cuarenta años”, impuso otras condiciones y aclaró a los dirigentes que lo que pretende es ganar cosas importantes. “Quiero títulos”, les dijo.
Así fue que explicó que quería otro proyecto, comenzando por el director deportivo, con la salida del brasileño Leonardo de Araujo (ya reemplazado por su amigo Luis Campos) y siguiendo por el entrenador, por lo que en estas horas, Mauricio Pochettino se encuentra negociando su indemnización que sería de alrededor de 15 millones de euros. El PSG no tuvo éxito a la hora de tentar al DT que verdaderamente quería el delantero, que no era otro que Zinedine Zidane, pero este siempre aclaró que su propósito es esperar a que termine el Mundial para reemplazar a su ex compañero Didier Deschamps en la selección francesa. Por eso es que contratarán finalmente a Cristophe Galtier, lo que incluyó un pago de 10 millones al Niza, para que lo dejara ir.
Caído Leonardo, y sin resquicio en el sistema táctico del equipo, Neymar comenzaba a estar colgado de un pincel. Nunca comulgó mucho con Mbappé, y ahora que la joven estrella francesa tiene el poder, le llegó su hora.
Mbappé llegó a decir en las reuniones decisivas que “ningún jugador debe estar por encima del escudo del PSG”, algo que también repetía hasta el cansancio Pochettino, y tampoco es casual la frase pronunciada días pasados por Nasser Al-Khelaïfi en el diario “Le Parisien”: “No queremos más ostentación ni más bling-bing, se acabaron las castañuelas”.
Es que el dueño del PSG, junto con Leonardo, fue uno de los sostenedores de las fiestas de Neymar para que se sintiera cómodo, y para que pudiera desarrollar su fútbol. Pero no lo consiguió nunca de manera cabal. Ahora, el dirigente comprendió el mensaje de Mbappé y también él se cansó, está dispuesto a todo para arreglar una salida de París.
Ni siquiera le importa que justo haya renovado automáticamente su contrato hasta 2027 y con una ganancia total anual de 40 millones de euros entre el fútbol y otros conceptos, algunos de los cuales provienen del fondo de inversión qatarí relacionado con el PSG.
Neymar padre, entonces, comprendió que el ciclo de su hijo en el PSG había llegado a su fin luego de cinco temporadas y como necesita jugar a cinco meses del Mundial de Qatar, aceptó la propuesta: el PSG le prometió que le pagará hasta el último centavo de los 200 millones y que si no hay un club interesado en pagar la totalidad de su pase, tratarán de prestarlo y los parisinos se harán cargo de una parte de su sueldo, que se lo depositarán a través de su fundación, el Instituto Neymar Junior.
Se habla del Chelsea y hasta se lo llegó a ofrecer al Barcelona, donde Xavi Hernández, el entrenador, fue compañero suyo en aquella Champions ganada en 2015, pero todo indica que también en Cataluña consideran que su gran ciclo ya pasó.
Neymar, el jugador más caro de la historia del PSG, comienza a irse por la puerta de atrás luego de soñar, hace cinco años, con ser el mejor jugador del mundo.
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