Roger Federer está consciente de que mantenerse en el máximo nivel del tenis implica enfrentar constantemente las preguntas de los medios, los aficionados y de quienes lo rodean sobre su retiro. Eso, y encarar los estragos del tiempo.
Y si bien parece que el resto del mundo insiste en que necesita saber cuándo y cómo dirá adiós a las canchas, a sus 38 años Federer asegura que no es algo a lo que le dedique mucho tiempo.
Al menos ya no. “Siendo honesto, no pienso mucho al respecto”, declaró Federer. “Es un poco diferente (ahora) que sé que me encuentro en el final de mi carrera. Sin embargo, creo que he estado yendo hacia ‘el final de mi carrera’ desde hace mucho, mucho tiempo”.
Federer, que a sus 21 años conquistó el primero de sus 20 títulos de Grand Slam, cifra que constituye en récord en la rama varonil, señaló a The Associated Press que debe “empezar de cero” después de “perder por poco el Grande”, en referencia a su derrota en el tiebreaker del quinto set ante Novak Djokovic en una final de Wimbledon en julio que mantuvo al público en vilo durante cuatro horas y 57 minutos.
Nadie a esta edad ha alzado un título de Grand Slam en la era del tenis profesional.
Apenas dos días después de haber iniciado su preparación para la próxima temporada, vuela a Melbourne el 9 de enero, una semana antes del sorteo del Abierto de Australia, ha interrumpido por 48 horas sus sesiones de acondicionamiento de dos veces por día ni tomará una raqueta.
Cuando era joven, relata Federer, no se permitía tal respiro, trabajaba entre seis y ocho días seguidos para prepararse.
¿Y ahora? Las “olas”, como el suizo le llama a estos intervalos, le brindan a su cuerpo una oportunidad de recuperación. También le permiten darlo todo un día antes del periodo de descanso, pues “de otra forma, uno podría contenerse un poco ante la duda de cómo va a sentirse al día siguiente”.
Federer reconoce que seguir el ritmo a este nivel a un mayor edad de la que tenían muchos de los mejores tenistas en la historia al momento de retirarse, Pete Sampras, su ídolo, compitió por última vez a los 31 años, significa escuchar contantemente comentarios sobre cuánto tiempo más seguirá de gira.
Y si bien no puede ofrecer una respuesta definitiva, dado que, simplemente, no la tiene, Federer está dispuesto a discutir este aspecto del asunto: No considera importante retirarse en su mejor momento y en la cima del tenis.
“No pienso que el retiro deba ser tan perfecto, que uno tenga que ganar algo importante… y luego irse diciendo ‘bien, he hecho todo’. Puede darse de una manera distinta, siempre y cuando uno lo disfrute, pues eso es lo que a uno le importa”, aseveró Federer.
Eso no significa que haya dejado de ser competitivo o que no aspire a su vigésimo primer título de un major, más que nada, su noveno de Wimbledon, que se le fue de las manos al desaprovechar dos match points en 2010, o a su primer oro olímpico en sencillos el próximo año en Tokio.
Después de todo, sigue siendo lo suficientemente bueno para colocarse en el tercer lugar del ranking mundial, para haber impuesto un récord con una permanencia de 310 semanas como el número uno del mundo y terminar la temporada con marca de 53-10 y cuatro títulos que agregar a su palmarés.
AP
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