Eldric Sella, un venezolano de 24 años que actualmente vive en Trinidad y Tobago, fue escogido entre los 29 deportistas refugiados en todo el mundo que cuentan con el apoyado de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio.
EFE
El boxeador, que se entrena en el New Wave Health Club, un gimnasio de la localidad de Couva, a unos 35 kilómetros de la capital, Puerto España, podrá cumplir así su sueño de niño de ser un atleta olímpico, al formar parte del Equipo Olímpico de Refugiados de Tokio 2020.
Sella fue uno de los 55 refugiados del Comité Olímpico Internacional (COI) que esperaban conseguir un puesto entre los elegidos para los Juegos Olímpicos de Tokio.
Ahora su sueño se hace realidad ya que estará en Tokio en julio.
Cuando buscó asilo por primera vez en Trinidad y Tobago, en 2018, pensó que dejaría atrás sus sueños olímpicos.
«Estamos encantados de ver la pasión, la determinación y el arduo trabajo de Eldric recompensados tan maravillosamente«, dijo Miriam Aertker, jefa de la oficina del ACNUR en Trinidad y Tobago.
«Como uno de sus seguidores inquebrantables, entendemos los inmensos desafíos que ha superado para hacer realidad sus sueños», destacó.
«Su perseverancia y optimismo ante todos sus obstáculos son inspiradores y creemos que será un símbolo de esperanza para todos los que se encuentran en situación de desplazamiento forzado, especialmente los más de cinco millones de venezolanos que han abandonado su país«, agregó.
Los refugiados competirán en 12 deportes olímpicos en los Juegos Olímpicos de Tokio, enviando un mensaje de solidaridad y esperanza al mundo este verano, creando mayor conciencia sobre la difícil situación de más de 80 millones de personas desplazadas en todo el mundo.
«Estoy encantado de felicitar a cada uno de los atletas que han sido nombrados en el Equipo Olímpico de Refugiados de Tokio 2020», dijo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, quien también es vicepresidente de la Fundación para el Refugio Olímpico (ORF, en inglés).
«Muestra lo que es posible cuando los refugiados tienen la oportunidad de aprovechar al máximo su potencial. Estos atletas encarnan las esperanzas y aspiraciones de más de 80 millones de personas en todo el mundo que han sido desarraigadas por la guerra y la persecución«, destacó.
Esta será la segunda vez que un Equipo de Refugiados participa en los Juegos Olímpicos, después de los de Río en 2016.
Como parte de su asociación de más de 25 años con el COI, la ACNUR trabaja para aprovechar el poder del deporte para ayudar a crear un mundo en el que todas las personas que se vean obligadas a huir puedan construir un futuro mejor.
Junto con el COI, la ORF, el Comité Paralímpico Internacional (IPC) y otros socios, la ACNUR lidera la convocatoria mundial por un mundo en el que todas las personas desplazadas, incluidas las personas con discapacidad, puedan acceder y participar en el deporte por igual.
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